¿Te casarías conmigo? 💍

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Despertó con gran dolor en su cuerpo, más que nada en sus caderas, se enderezó sobre la cama ajena, tratando de recordar que pasó, logrando únicamente acelerar sus pulso, está aterrado y no sabe que hacer exactamente cuando de la nada se abre la puerta principal, ingresando el joven pecoso.

Izuku es hijo único de los millonarios Midoriya, gran parte de su éxito es estar exclavisados en el trabajo, dejando de lado a su pequeñín.
El menor resultó ser un alfa como su padre, muy sensible con los olores y desconfiado a morir como su madre. Por suerte el se lleva de maravilla con el hijo de su tutora, un rubio malhumorado mayor que él, pero lo mejor de todo es que no tenía aroma, un beta, algo que amaba el alfa.
Cómo sus padres no estaban al pendiente de su hijo, no le negaban nada, tenía todo lo que quería menos su presencia, entonces Katsuki fue parte de esos caprichitos, pues cuando ingresó a la escuela, el rubio tenía que dejar al joven amo antes de partir a su estudio, Mitsuki no estaba de acuerdo ya que era un niño cuidando a otro por llevarse solo cinco años pero al final lo acepto.

El joven amo pensó que tendría fiebre, cada vez le pesaba más dar un paso tras otro, entonces con un pesado suspiro se recargo en la pared, observa su entorno dandose cuánta que no enfocaba bien.
Cuando un aroma sutil pareció en sus fosas nasales, una vainilla tan ligera pero llamativa, después siente unas manos sobre sus mejillas, mira aún borroso unos ojos rubies sobre él.
Katsuki al notarlo en ese estado, pega su frente con el menor, comprueba su alta temperatura.

—Eres un tonto, vamos a tu habitación.

Bakugo es un beta robusto, casi a la par de un alfa, así que cargo al adolescente sin problemas sobre su hombro cuendo noto la torpeza del menor al desplazarse.

—Sabia que te iba a pasar esto, te dije en la mañana que te miraba algo sonrojado.

—Kaachan hueles bien.

—¿Ah? ¿Ya estás alusinando?

—Ahora regreso.

Solo dió un par de pasos caundo sus piernas flaquearon, impacta en el piso y extrañado se pone a analizar la situación, siente un leve calor en el cuerpo y una humedad desconocida en su coño, si coño. A pesar de ser nombrado beta, los medicos llegaron a la conclusión que era uno inusual porque a parte del genero femenino, algunos omegas masculinos pueden nacer con una vagina, sin embargo, al tener ya diesinueve años y nunca sufrir un celo, lo dieron como un beta, uno especial.
Sin saber que si omega ya había escogido a su alfa y estaba en su interior quieto, esperando este momento donde su alfa despertara para después presentarse junto a él y tener un celo sincronizado. 
El rubio entró en pánico cuando sintió la humedad escurriendo en su entrepierna y el miedo fue el incremento cuando escuchó y sintió los pesados pasos en su espalda. Fue arrastrado hasta la cama y lo depositaron en la misma, estando en estado de shock, se limitó a soltar un jadeo y  observar los movimientos del menor.
Izuku no sabía que podía sentirse así, fue el peor momento para que despertará su lado alfa pues a pesar de su diferencia de estaturas, puro girarlo para ponerlo bocabajo en el colchón, subió hasta su cuello, olfateo con desesperación en su glándula de aroma mayor y de manera natural acomodo su cuerpo donde sus caderas quedaron arriba de los glúteos del ahora omega, acomodando su erección entre la división de las mismas.
Katsuki suelta un gemido entre la fricción, mentiría si dijera que era una super pollą, Izuku es un crío pero tampoco era un tamaño que él tuvo a su edad. La lengua ajena paso incontables veces succionado en la glándula provocando varios escalofríos en el cuerpo del mayor, incluso no puede controlar los suspiros que se escapan de sus labios y perdió un poco de cordura al sentir como inicio a simular embestidas el menor sobre sus glúteos. El Omega empapó su ropa interior por lubricar de manera natural, incluso su coño se apretaba a la nada, ansioso por deborar esa extensión de carne. 

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