El amor y el deseo son intercambiables

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Sergio sonrió un poco,  comenzando un camino de besos por el estómago de Charles, lamiendo y mordiendo sus firmes abdominales, sintiendo su piel enchinarse bajo sus toques.

Tomo el pené del mas alto, le dio unas cuantas caricias antes de envolver sus labios en el y darle unas cuantas lamidas, podía escuchar a Charles gemir y soltar un 'papi', pero no se detuvo para corregirlo, solo tomó el miembro del menor más profundamente, acariciando lo que no cabía en su boca.

Los dedos del monegasco vagaban por su cuello, deslizándose hacia arriba para jugar con sus oídos, y Checo no pudo evitar estremecerse, moviendo su boca mas rápido sobre el pene del otro.
Charles pareció notar el efecto que tuvo en el mayor, así que comenzó a trazar su oreja, masajeando la piel delgada y suave, hasta que sintió a Sergio gemir alrededor de su pene, y se arqueó cuando el mexicano metió sus bolas a su boca.

"Eres bueno en esto", jadeó Charles, enterrando su mano en el cabello de Checo mientras su verga era envuelta en esa cálida boca húmeda, pero no le jaló el pelo ni intento controlar el ritmo.

Simplemente se recostó contra las almohadas, tomando gustoso todo lo que el corredor de la f1 quería darle, los sonidos de sus gemidos llenando la habitación. Sergio lo miró a través de sus pestañas, encontrándose con la mirada oscura del otro y sosteniéndola, la boca rosada se extendió alrededor de la dura longitud del más joven.

Incluso sabía vagamente a coco.

Sergio deslizó una mano entre los muslos del castaño y los empujó suavemente para separarlos. Checo sintió que su corazón latía más rápido por la forma en que Charles simplemente tomaba todo lo que le daba, sus largas piernas separándose dulcemente a sus órdenes .

Aunque el mayor sabía que su afán por complacer era probablemente el resultado de todo el dinero que le estaba pagando, pero no podía evitar disfrutarlo, teniendo a este hermoso hombre en su cama que seguía sus órdenes y accedía a sus caprichos, esto sacó a relucir un egoísmo poco característico en Checo, quería quedarse con el niño para siempre, reclamarlo para sí mismo y nunca dejar que nadie más lo toque.

Pero el sabía que eso no era posible por lo que dejo esos pensamientos de por lado.

Finalmente alejó su mirada de Charles cuando quito sus labios del pene del menor y empezó a dejar besos en todo su cuerpo, deteniéndose para morder y chupar sus pezones, sintiendo al monegasco arquearse contra él una vez más. "Mm, casi me vengo" dijo el castaño con una sonrisa, jugando de nuevo con las orejas de checo.

"¿Por qué no lo hiciste? No me habría importado, siempre y cuando me lo advirtieras primero". dijo Sergio, inclinándose a los cariños que el otro le proporcionaba

"No me dijiste que podía, papi" contesto Charles con una sonrisa fingiendo inocencia , ​​luego hizo una mueca cuando se dio cuenta de su error. "Lo siento, Sergio", corrigió.

Checo enterró su rostro en el cuello del más alto, sintiendo esa punzada de excitación en su vientre nuevamente.

"No me molesta", murmuró Sergio contra la piel suave de Charles, tratando de ocultar su sonrojo. "Puedes llamarme como quieras".

"Se me salió" contestó el de ojos verdes, acariciando de nuevo el cabello chino de checo. "Déjame devolverte el favor, e querido besarte desde que te vi por primera vez esta noche y me dijiste que subiera a tu auto" sonrió, empujando a Sergio hasta que este se dejó caer sobre la cama, cubriendo con un brazo su roja cara.

Sergio se mostró un poco incrédulo ante esa afirmación, los hombres que se miraban como Charles no solían buscar hombres como él, a menos que tuvieran obscenas cantidades de dinero, cosa que él tiene, y entendía por qué al menor le podia interesar eso, pero no podía comprender por qué alguien tan guapo como el castaño podía sentirse atraído por su apariencia.

Pretty Woman a Checlerc storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora