El final de nuestra historia

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"Nunca he visto a un hombre que odie afeitarse tanto como tú" dijo Charles mientras pasaba la navaja con cuidado por la mandíbula de Sergio. "Sabes que tengo la piel sensible e insistes en quemarme con tu barba".

Sergio solo sonrió un poco desde su posición en el lavamanos. "Tu tienes todo sensible" señaló Sergio, y Charles le dio un codazo en broma.
Una vez que la cara del mayor estuvo libre de cabellos, Charles le quitó la crema de afeitar y le secó la cara, luego le dio un beso.

"Cállate. Tienes mucha suerte de que te aguante. ¿Quién más te afeitaría la cara, hm?" preguntó Charles, levantando sus cejas perfectas. "Sabes que también podría afeitarte algo más, si quisieras..." se detuvo, dándole a Sergio una mirada lasciva quien solo lo empujó y salió del baño.

"De ninguna manera, se que a ti te gusta estar lampiño debajo de las cejas, pero a mi déjame ser" dijo. Charles trató de agarrarlo, pero Checo logró escapar del agarre del joven y caminó hacia la habitación.

"Vamos, pruébalo una vez, te prometo que te gustará" dijo Charles insistiéndole al mayor, pero Sergio solo resoplo y se subió a la cama, dejándose caer sobre las almohadas perezosamente.

"No lo quiero ni probar, ya metete a la cama conmigo" dijo Sergio, tendiéndole la mano.

Charles le sonrió. "¿Listo para la segunda ronda, papi?" preguntó, trepando sensualmente a la cama. Todavía estaba desnudo por la ducha que habían tomado juntos, su piel húmeda y fragante del costoso jabón de Sergio, y tenía una mirada traviesa en su rostro mientras se sentaba sobre el peli-negro.

"Si tuviera 19 como tú Char, tal vez. Desafortunadamente tengo 33 y necesito un poco más de tiempo para recuperarme" dijo Sergio, apoyando las manos en las caderas de Charles, con los ojos embriagados por la vista de ese cuerpo toneado. Una mano cálida se deslizó por el pecho del de ojos marrones, quien pudo ver cómo se formaba un puchero en los labios de Charles.

"33 todavía es joven, vamos" protestó Charles. "¿Ya no me quieres, papi?" preguntó dulcemente, agarrando la mano de Sergio y llevándola a sus labios para chupar su dedo índice, dándole a Sergio sus mejores ojos de cachorro, causando al mayor gemir.

"El espíritu está dispuesto cariño, pero la carne es débil"  (Mateo 26:41 que sirva de algo la catequesis 😂) dijo Sergio en tono de disculpa, llevándose las manos unidas de su niño a los labios y besándolas. Quitarse al menor de encima de el fue tarea difícil especialmente con Charles quejándose en todo momento, pero finalmente logró dejarlo del otro lado de la cama pero no duró mucho, Charles inmediatamente presionándose contra su costado y trazando las líneas de sus abdominales.

Habían pasado dos meses desde el ataque de Charles y toda la evidencia física había desaparecido, El monegasco más o menos volvía a ser el mismo de antes, aunque Sergio tenía que tener cuidado de tocar su cara y de moverse demasiado rápido por que causaba al menor temblar, lo que nunca dejaba de romper el corazón de Sergio.
Charles había estado visitando más frecuente, Sergio le pagaba como siempre aunque no tuvieran sexo, pero Charles siempre insistía en hacer algo para ganarse el dinero, ya fuera darle un masaje a Sergio o prepararle la cena.

Si ignoraba que estaba pagando, se sentía como tener novio, pero Sergio era consciente de no expresar esos pensamientos en voz alta a Charles pues no lo quería asustar.

Pretty Woman a Checlerc storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora