Quedate un rato más

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Sergio estaba peinándose en el baño cuando Charles se le acercó por detrás, posando sus brazos alrededor de su cintura y apoyando su barbilla en la cabeza del azabache, habían pasado cuatro días desde que Sergio conoció a Charles y  ya se había acostumbrado a la presencia del niño, al calor de su cuerpo en la cama de Sergio, a su canto en la ducha y todas las demás cositas que hacía el menor, que había descubierto en su tiempo juntos.

"No juegues tanto con tu cabello, se ve mejor cuando está despeinado" dijo Charles, enderezándose para poder pasar los dedos por los risos oscuros "Tienes suerte de tener un cabello como el tuyo".

Los ojos de Sergio se cerraron ante el contacto, un suave suspiro se le escapó.
Los dedos de Charles eran mágicos cuando jugaban con el cabello de Sergio, lo ponía a dormir. Pero el tenía una reunión, así que le quitó la mano al castaño "No lo hagas, me darás sueño."

Charles le sonrió brillantemente, pasando sus dedos en el cabello de Sergio. "Lo sé, esa es la idea" respondió, inclinándose para besar el cuello del mayor "Si te quedas dormido, tendrás que saltarte tu pequeña reunión y quedarte aquí conmigo".

Sergio gimió y trató sin éxito de zafarse del agarre de Charles, el chico era delgado pero bastante fuerte, y no estaba por encima de usar la fuerza a su favor cuando quería conseguir algo. "Tengo que ir a esta reunión, Charles, ya la pospuse una vez, por tu culpa por cierto, no puedo hacerlo dos veces" dijo Sergio, quitando las manos del menor de su cabello.

"Pero quiero que te quedes, por favor papi", dijo Charles mientras mordisqueaba el cuello de Checo, con las manos subiendo por debajo de su camiseta. Sergio suspiró de nuevo, un escalofrío de excitación recorrió su espalda, este niño iba a ser su muerte.

"Charles, no. Deja de hacer eso" dijo el mayor, agarrando la muñeca de Charles cuando sintió que el joven alcanzaba su cinturón, el otro sólo hizo un puchero modo de respuesta "Vas a hacer que llegue tarde, detente, lo digo en serio"  hablo Sergio con firmeza, y finalmente pudo darse vuelta en los brazos de Charles, mirándolo severamente, su niño parecía infeliz, pero hizo lo que le pidió, con sus brazos cruzados.

"Eres tan malo conmigo" se quejo Charles, haciendo un puchero, Sergio puso los ojos en blanco juguetonamente, dándole al chico una palmada en el trasero antes de regresar a la habitación, con el menor detrás de él.

"Sí, soy un monstruo, te compro ropa nueva y joyas, te doy la mejor comida, te dejo manejar mi casa gigante. ¿Cómo lo soportas?" Sergio preguntó, mientras Charles se dejaba caer en la cama dramáticamente.

Eso es lo que me pregunto todo el tiempo! Realmente deberías de ser más amable conmigo, antes de que encuentre a un viejito magnate con pocos años de vida restantes, que sea más rico que tú, apuesto a que el si se saltaría reuniones por mí" acusó el menor, Sergio solo se rió.

"Me arriesgaré, por cierto ¿dónde está tu ropa nueva? Te envié de compras y regresaste con casi nada" el mexicano se sentó en la cama para ponerse los zapatos, todavía no se había armado de valor para salir en público con Charles, pero si lo iba a hacer, necesitaba que el chico pareciera normal, que pasara desapercibido, no podía usar la ropa que se ponía cuando recogía clientes en la la calle.

"Están en esas bolsas, ya te mostré lo que compré" respondió Charles, señalando las pocas bolsas de compras que estaban en la esquina de la habitación de Sergio.

"Apenas hay nada allí, te di un montón de dinero. ¿En qué lo gastaste?" Sergio preguntó con curiosidad, mirando de nuevo a Charles. El chico pareció tímido de repente, incluso un poco incómodo, y Sergio levantó una ceja. "Charles, contéstame"

Pretty Woman a Checlerc storyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora