Capítulo 34

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Tn;

Bill me había dicho que iríamos a cenar con su mamá, por lo que decidí alistarme para verme bonita.

Cuando termine de vestirme y de maquillarme, baje, para esperarlo, estaba nerviosa, era raro que aún me diera nervios estar cerca de el, pero también era una sensación que me gustaba, sin duda me gustaba.

A los minutos llego, y salí a recibirlo.

Avise a mi tía que iría a cenar con la señora simone y que después bill me traía.

Caminamos hasta la parada de autobús, tomados de la mano y bill empezó con sus chistes sin sentido.

-¿por que se suicidó el libro de matemáticas?- pregunto

-no sé- dije pensando -uhm, ¿por qué?-

-por que tenía problemas- solto una carcajada como si hubiera sido lo más gracioso

Y al verlo reír, yo también solté unas cuantas risas.

-no cabe duda- dijo

-¿de que?- no entendí

-y duda se fue caminando- solto una risa

La risa me invadió, y reímos juntos, a esto me refería que los chistes de bill eran demasiado malos, pero que de alguna forma te hacían reír.

Y con tan solo escuchar su risa contagiosa, también reias.

Estábamos sin poder controlarnos, la gente nos miraba raro, y nosotros solo no podíamos tranquilizarnos, bill me hacía reír bastante, hasta el punto de hacer doler mi estómago.

Cuando pudimos tranquilizarnos un poco, no sentamos en una de las bancas, que se encontraban en la parada de autobús y solo tomamos aire.

Esperamos a que llegara el autobús y después subimos, durante el camino me dormí en su hombro, iba tan cómoda, pero me desperté por que ya teníamos que bajar, aunque a regañadientes lo hice. Caminamos hasta su casa tomados de la mano, sintiendo el fresco de la noche y la tranquilidad, con la presencia del otro.

Llegamos y tocamos al timbre, su mamá salió.

-hola tn- me abrazo la señora simone

-hola señora simone- correspondi a su cálido abrazo

-no me digas señora- dijo ella -llamame solo simone-

-¿no le molesta?- pregunte dudosa

-no- negó rotundamente -prefiero simone-

-bueno, entonces simone- sonrei aún dudosa

No me gustaba hablar con un adulto de esa manera, más que nada por respeto, pero si la señora simone me lo permitía, bueno.

Caminamos hasta el comedor, en donde ya se encontraba la cena en la mesa, y tomamos asiento, para después empezar a cenar, preparaba tan bien la comida, sin duda sabía cocinar bastante bien. Durante la cena hablamos de temas interesantes, y también nos contó sobre su juventud y adolescencia, pero de un momento a otro nos encontrábamos hablando de ella y del padre de bill.

-el me abandonó cuando se entero que estaba embarazada de bill y de tom- probó un bocado de su comida y después continuó -entonces yo tuve que salir adelante sola-

-pero, el padre de ellos ¿nunca se hizo cargo?- pregunte

-no, en lo absoluto- se limpió con una servilleta los restos de comida cerca de su boca

Yo solo prestaba atención a lo que decía.

-tuve una pareja después de jeorg, pero nos separamos al año-

Rette mich (bill kaulitz) primer libro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora