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Llegar al salon de juegos fue más rápido de lo que esperaba, solo tardamos un minuto en estar en la puerta, Caden y Eris entraron sin pensarlo, en cambio yo, me quedé plantada en la puerta, sabía que si cruzaba esa puerta, volvería a ver a Dylan, y ya sabemos que no es mi persona favorita en este mundo. Creo que por mí me hubiese quedado ahí para siempre, sin tener que enfrentar la realidad, pero al parecer el universo no quería lo mismo para mi, porque Caden se encargó de sacarme de mi burbuja.

─Kendall, ¿estas bien?─Caden me miraba con preocupación, así que con eso puedo darme cuenta de que mi cara no es la de una Kendall segura de sí misma.

─Si si, estoy bien, solo estaba respondiendo unos mensajes, eso es todo─al parecer eso logró tranquilizar a Caden, ya que solo dio la vuelta y volvió a entrar a la sala de juegos.

Al igual que tu

Aquí vamos...

Al dar el primer paso dentro de la sala, la música inundó mis oídos, el olor a alcohol también lo hizo, así que supuse que debían estas algo pasados de copas, pero lo que si no me esperaba era ver a todos mis amigos junto al grupo de Dylan, se suponía que éramos los raritos de la escuela y ahi el porque no nos hablaban. Pero veo que las cosas cambiaron en muy poco tiempo.

Y tu ni enterada.

Beau fue el primero en saludarme, a decir verdad fue la primera persona que estaba en mi camino, tras un largo abrazo los brazos de Celia me atraparon, hasta dejarme sin aire, entendia que me extrañaran, pero si querían mantenerme viva, creo que esa no era la forma, y por último Eris, que a pesar de que nos vimos hace un par de minutos en la puerta, no tuvimos oportunidad de saludarnos, así que por tercera vez estaba atrapada en los brazos de una de las personas que más me hacían falta. Pero todo momento feliz tiene su final, ¿no?.

─¡Kendall Brooks!, pero qué sorpresa, no creíamos que tendríamos el honor de volver a verte.

Y ese, queridas amigas mías, es Tayler Attwood, uno de los mejores amigos de Dylan, y la peor pesadilla de cualquier chica, menos Celia, que lleva toda su vida enamorada de él.

─La misma, en vivo y en directo ─Tayler solía tener esa sonrisa burlona que muchos chicos tenían, y que hacían que las chicas se derritieran por ellos, pero conmigo eso no era así, y nunca lo sería ─no puedo decir lo mismo de ti, para mi no es ningún honor volver a verte.

─Vaya, parece que no has cambiado en nada, sigues siendo esa Kendall.

Las ganas de salir corriendo se apoderan de mí, tanto como las ganas de llorar, pero una vez me prometí que no volvería a llorar con este tipo de comentarios, porque él no sabe de lo que está hablando.

─Bueno chicos, calmemonos un poco, vinimos a pasarla bien, ¡asi que que comience la fiesta!─Caleb siempre fue el que mas me agrado de ese grupo, era distinto y lo sigue siendo. ─Por cierto, hola Kendall.

─Hola Caleb, ¿cómo estás?

Caleb tenía todas las intenciones del mundo en responder, pero un estruendo hizo que todos nos diéramos la vuelta.

Dylan.

Se encontraba junto a la puerta, y a simple vista se veía algo enfadado, pero cuando nuestras miradas se cruzaron por primera vez, ese enfado quedó en segundo plano, porque la tranquilidad llegó a su mirada y un brillo nunca antes visto lo inundó.

─Pero miren quien llegó, ¡si es el alma de la fiesta!

Después de la llegada de Dylan, nos separamos en dos grupos, creo que ya están más que claros, ¿no?, nos dedicamos a conversar y a ponernos al dia, pues ahora si sabia que era lo que estaba pasando, Eris y Caden si estaban saliendo, hace ya dos meses, y por si fuera poco ahora era amiga de Dylan, por otro lado Celia, seguía con su horroroso plan para llamar la atención de Tayler y Beau, bueno él no estaba interesado en el amor, al igual que yo.

Ya veremos si dices lo mismo al final de esta historia.

La charla estaba bastante interesante, y juro que me hubiese quedado ahí para siempre de no ser que mis ganas de ir al baño me ganaron, entre disculpas y preguntas de qué ocurría, salí corriendo de la sala de juegos, me encantaría decir que no conozco esta casa, y que me perdería al salir de allí, pero la verdad es que la conocía mejor que nada, cuando era pequeña solía venir a cenar con mis padres todas las semanas, para llegar al baño debía cruzar el pasillo, que en este momento se encontraba iluminado a más no poder. Entrar al baño fue el alivio más grande que tuve en toda la noche, lo que al salir se transformó en todo lo contrario.

¿Qué harían ustedes si al salir de un baño, se encontrarán con la persona que tanto odian?

Porque lo que pretendía yo, era solo pasar de él.

Pero no lo lograste.

─Kendall, espera...

─¿Que espere?, ¿para qué quieres que espere?

─No sé porque comenzó esta guerra entre nosotros, pero creeme que nunca quise que pasara algo así.

¿Desde cuando a Dylan le importaban las demás personas?

─Tal vez deberías refrescar tu memoria, a cuando yo tenía dieciséis.

─Si estas molesta porque insistí en que salieras con Alex, lo siento, sólo quería ayudar a un amigo, bueno...a alguien que era mi amigo.

─No me interesan tus disculpas, créeme que no sirven de nada ahora.

─Como quieras, solo quería darte la bienvenida a Airlie Beach, nada más eso.

Y así fue como la noche más larga y llena de momentos que nunca quise que pasaran, llegó. 




Publicada: 24.06.2023

Mil Sentimientos Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora