VI

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La cena no tardó en estar lista, y aquella mini fiesta que habían montado en la sala de juegos había llegado a su fin. Luego de que Dylan y yo tuviéramos nuestro encuentro en el pasillo, no pude volver a poner un solo pie en aquella sala, no quería estar en el mismo lugar que la persona que odiaba, así que me la pase dando vueltas por la enorme casa, porque si, era increíblemente gigante. Beau pocos minutos antes de que la cena comenzará, me encontró a mitad de camino, y se detuvo a charlar un par de minutos.

─Kendall, ¿porque no me habías contado sobre esto?, no puedo creer que te hayas guardado esto durante todo este tiempo.

Si, le había dicho absolutamente todo a Beau, no podía más y no quería seguir dándole explicaciones sobre el porqué odiaba a Dylan, cada vez que hablaba de Dylan, decía algo malo de él, y todos me preguntaban el porqué lo hacía, pero nunca les había dado una respuesta concreta.

─Nadie lo sabe, Beau, por favor dime que no le dirás a nadie sobre esto, eres la primera persona a la que se lo cuento, y creeme que no fue para nada fácil, llevo más de cuatro años guardando este secreto y decirlo en voz alta no es precisamente lo más bonito que escucharas.

─No se lo diré a nadie, pero no entiendo porque no me habías dicho, yo...

─No te lo había dicho porque estaba asustada, no quería hablar del tema y recordar esa noche, creeme que cuando te digo que por mas que quise decírselo a Ashley, o a mi madre, no pude, tenía miedo, y recordarlo aún me aterra.

─Kenny, ya no estás sola, por favor, cuando vuelva a pasar algo de lo que necesites hablar, confía en mí, estoy para eso, para apoyarte en todo, a veces es bueno hablar con alguien y soltar todo eso que te has estado guardando por mucho tiempo.

De no haber sido interrumpidos por la señora Duncan, le habría respondido a mi mejor amigo, pero no me dio tiempo, sin embargo, antes de salir del lugar, no lo pensé dos veces y le di el abrazo que tanto había esperado poder darle a Beau desde que nos habíamos sentado a charlar.

Ustedes se preguntaran de qué van estas cenas de familias, bueno, es algo que se hace desde que soy bastante pequeña, todos nuestros padres fueron a la misma escuela y de ahí el porque debo venir a estas cenas. No es que me moleste que mi madre pase una buena noche junto a sus amigos, pero no le veo el sentido a que yo este aqui.

Al llegar a la mesa, me detuve por un par de segundos al ver que no había otro asiento disponible que no fuese entremedio de Beau y Dylan. Caden al ver que no me movía decidió hablar;

─Kendall es segunda vez en la noche que te quedas paralizada, ¿ocurre algo?─No se me ocurrió nada mejor que pedirle ayuda con la mirada a Beau.

─Kenny está más que bien, ¿porque ocurriría algo?

─Estoy bien, ya te lo dije hace un par de horas atrás, ¿no hay otro asiento disponible?

─Lo siento Kendall, pero es el único que queda.

Al ver a Ashley entrar por la puerta corrediza supe que era mi escapatoria a sentarme junto a Dylan.

─Entonces, ¿dónde se sentará mi hermana?─pregunte de forma autoritaria mientras miraba a Caden.

Ver a mi hermana entrar me hizo feliz de alguna forma, sé que estos últimos meses no he sido la mejor hermana de todo el mundo, pero sin ella, creo que no estaría aquí, ella ha sido un pilar fundamental en mi vida, ha sido mi mejor amiga toda mi vida. Y creo que se merece una disculpa.

─Puede tomar mi puesto y yo puedo sentarme junto a Eris.

No era la respuesta que quería escuchar.

Tampoco yo, pero las lectoras sí.

Ashley al llegar a la mesa se sentó en el antiguo puesto de Caden, y el recién nombrado, tomó asiento junto a Eris, por lo que no me quedó de otra que sentarme junto al menor de los Duncan.

─Al parecer, el destino nos quiere juntos─Dylan se había acercado lo suficiente como para poder susurrar aquello en mi oído.

─No creo que sea obra del destino, Duncan─hablar con Dylan no era precisamente el plan que tenía, pero ya no había escapatoria.

─Y si no es obra del destino, ¿de quien más podría ser?─era mi idea, ¿o cada vez se acercaba más a mi?

Nuestra pequeña conversación estaba pasando desapercibida, ya que ambos nos manteníamos susurrando, y todos en aquella mesa estaban manteniendo conversaciones que al parecer eran de su agrado, no como yo, que lo único que me apetecía en este instante era estar en cualquier lugar, menos aquí.

─No lo se, tal vez sea obra tuya...

─No es obra mía, además, si no recuerdo mal, estos han sido nuestros asientos desde que eramos pequeños.

─¿Y eso que?

Dylan solo quería molestar, eso estaba más que claro.

O tal vez quiere algo contigo.

No digas estupideces.

Solo digo lo que veo.

─Nunca antes te habías quejado de tu asiento, y es raro que ahora, que vuelves para siempre estés enfadada con el mundo.

─No sé de lo que hablas...

─Sabes perfectamente de lo que hablo Kendall, tal vez crees que no se lo que pasó hace cinco meses con...

No lo deje terminar, porque lo único que causaría diciendo aquellas palabras, sería derramar lágrimas por alguien que no lo merecía.

─¡DETENTE!

Todos en la mesa habían dejado de prestar atención a sus conversaciones, las miradas estaban todas sobre mí, y eso era lo que menos necesitaba en este momento.

─Kendall..., ¿qué ocurre?─Ashley sabía que no estaba bien, que todo este cambio no era lo que necesitaba, y que no estaba preparada para dejar ir todo lo que había vivido en Emerald.

─Yo...

Si no quería desmoronarme frente a todos ellos, lo mejor que podía hacer era salir de ahí, y eso fue exactamente lo que hice, intente levantarme lo más rápido posible, pero al estar sentados tan cerca, me tomo un par de segundos mas poder salir de aquella mesa, lo siguiente fue fácil, salir corriendo de aquella casa fue como si hubiese salido de una habitación pequeña donde el aire apenas circulaba.

Mis piernas no dejaban de moverse, corría sin rumbo alguno, o eso pensaba yo, porque al cabo de unos minutos me encontraba frente a la playa de Airlie Beach.

Donde solía venir una pequeña Kendall cuando los problemas la atormentaban. 



Publicado: 25.06.2023 

Mil Sentimientos Junto A TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora