Capitulo 6

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Nota de la autora: Este capítulo es un poquito más especial, porque es más largo que los otros. Espero que lo disfruten tanto cómo yo lo hice escribiéndolo. Igual aprovecho de agradecer a mi beta en este capítulo Ester_spe 🫶🏻
Sin más que decir, espero que disfruten el capítulo, y le den mucho amor 🫶🏻

 Igual aprovecho de agradecer a mi beta en este capítulo Ester_spe 🫶🏻Sin más que decir, espero que disfruten el capítulo, y le den mucho amor 🫶🏻

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- Ok, eso fue muy raro.- Comenta aún aferrada a mi cual picoroco.

- No sé a qué te refieres.

- Si tú lo dices - me comenta de reojo con una mirada sospechosa - olvidaré el asunto por el momento, espero que podamos hablar en otra ocasión sobre lo que acaba de pasar. Me intriga saber qué hay de cierto en lo que dijo la "simpática" de tu amiga. Después de ver tu reacción y como la seguiste con la mirada cuando nos dio la espalda, una mirada muy intensa, por cierto. Debo confesar que me ofende un poco, a mí nunca me has mirado así... con tanto anhelo.

Sus palabras me molestan y sin querer resoplo antes de responderle.

- Mira Cecilia, no te ofendas, pero... no quiero hablar de eso contigo y mucho menos en este momento.

- Tranquilo bebe, te dije que lo dejaría pasar esta vez - dice con una voz tan melosa que casi me dan nauseas - Ahora vamos a saludar a Richard - me dice jalándome el brazo del que ha estado agarrada como una lapa desde que se enganchó a mi brazo en la entrada. Por si fuera poco, recién caigo en cuenta que mi brazo se está apretando contra cierta parte de su anatomía, aunque me niego a pensar en ese pequeño detalle en este momento. Pero sospecho que lo hace un poco a propósito.

Luego de ser prácticamente arrastrado a saludar a Ricard y ver cómo este enviaba a una persona para que se hiciera cargo de la recepción en el hall. Quise salir para respirar un poco de aire Una suave brisa salada me da la bienvenida, y contento de haberme librado al fin de Cecilia, me dirijo por una especie de camino con piedras que da al sector de las mesas bajas. Me siento sobre una pila de cojines y observo las olas, están perfectas para practicar un poco de surf. Ojalá hubiese podido traer mi tabla...

El sonido de unos pasos acercándose sobre la arena me hizo prestar atención. La figura femenina de Jada se acerca mientras intenta acomodarse un mechón de cabello detrás de su oreja.

- ¿Te molesta si me siento a tu lado? - pregunta.

- Por supuesto que no, siéntate.

Luego de escuchar mi respuesta, se posa grácilmente sobre la pila de cojines.

- ¡Guau!, veo que ya no te tiras como un saco de papas al sentarte.

- ¡Oye!, No sé de qué hablas, tonto. -Dice mientras me da un pequeño golpecito con el dorso de su mano sobre mi bíceps, y suelta una pequeña risa-. Siempre me he sentado con delicadeza.

- Si tú lo dices - digo de forma burlona - quizás mis recuerdos están alterados y siempre has sido una grácil gacela. Como, por ejemplo, cuando teníamos 7 años y te caíste llevando una caja porque tropezaste con tus propios pies - suelto enarcando las cejas.

Como Las Olas Del MarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora