La noche anterior, después de terminar de cenar, recogimos y limpiamos todo. El monegasco que había decidido quedarse a dormir y acompañarme a Kassel se durmió en el sillón de la sala, no batallamos mucho ya que era la dinámica que seguíamos cuando el llegaba a venir a mi departamento.
Ya eran las ocho y treinta de la mañana y ya nos encontrábamos rumbo a Kassel, en realidad el viaje era solo de cuatro horas y estábamos a dos y media de distancia, cuando nos levantábamos al yo no estar acostumbrada a que alguien mas me acompañara se nos hizo un poco tarde así que ambos decidimos buscar desayuno en alguna parada que hiciéramos en el camino y justamente habíamos encontrado el lugar perfecto para hacerlo.
Era una cafetería que se encontraba a las afueras de Berlín, tenia una arquitectura un tanto antigua y con algunas vigas de madera como decoración en el exterior, se podría decir que era la típica arquitectura que encuentras en Alemania en general, decidimos llegar a comprar pan y café para lo restante del viaje.
Charles se estaciono a una calle de la cafetería, caminamos y cuando estuvimos a punto de pasar la puerta una voz femenina se hizo presente.
— Charles Leclerc! — Dijo la voz, ambos volteamos para ver de dónde provenía la voz, y nos encontramos con tres chicos que tenían sus celulares en la mano listos para tomarse una fotografía.
— Eres corredor ¿cierto? — Dijo la chica, regalándonos una tímida sonrisa, Charles les sonrió de vuelta.
— Nos podemos tomar una foto, somos fans de Ferrari — Dijo uno de los chicos.
— Claro, por supuesto — Pronuncio Charles, se acerco a ellos sin antes dame una mirada y en un pequeño susurro le dije — Te espero adentro — Me regalo una pequeña sonrisa para hacerme entender que había escuchado y procedió a acercarse a las tres personas frente a nosotros.
Al volver a fijarme en ellos y ver como Charles se acercaba a sus móviles, pude ver que la chica que los acompañaba me miraba fijamente con una mirada cargada de confusión y curiosidad, le regalé una pequeña sonrisa, pero ella nunca la regreso y solo siguió prestándole atención a Charles.
El monegasco me busco otra vez con su mirada para asegurarse que estuviera bien y me volvió a regalar una sonrisa. Cuando vi el gesto mejor procedí a entrar a la cafetería, no quería causarles más curiosidad a esos muchachos más de lo que ya le había causado a la chica, al fin y al cabo, la razón por la que se habían acercado a nosotros era el, no yo.
Mi relación con prensa y medios no era mala, simplemente nunca les di oportunidad para que entraran en mi vida, en Mónaco se sabía que yo era hija de Magnus Sigrid, a veces cuando andaba por ahí me seguían de vez en cuando al fin y al cabo mi padre es un magnate conocido de la ciudad y a él lo seguían muchísimo más, pero en mi caso solo ocurría dentro de aquel principado; fuera de él solo ciertas personas o más bien nadie sabía quién era yo y de donde provenía.
Puede que esa haya sido una de las muchas razones por la cuales decidí no volver a pisar Mónaco, tenía mucha más privacidad estando fuera, aunque bueno de vez en cuando salían noticias preguntando sobre mi paradero y lo que hacía actualmente.
Entre a la cafetería y el olor del café inundo completamente mis fosas nasales, como si eso no fuera suficiente también pude percibir el olor de pan recién salido del horno y como si fuera magia hizo que una sonrisa se colocara en mi rostro; la combinación de aquellos aromas era de mis favoritos.
Me acerque al mostrador para ordenar un café con leche batida y un americano, junto con dos croissants rellenos de chocolate.
— Hola, buenos días, ¿qué te puedo ofrecer? — Dijo aquella chica de cabellera rubia y de ojos azules, en su pecho poseía un pin con su nombre "Lucía".
ESTÁS LEYENDO
Daylight - CSJ & MV (+21)
Romance- ¿Me amas? - Sentía su mirada clavada en la mía, como si quisiera saber mi respuesta sin la necesidad de contestar. - Yo... - No podía contestarle, no sabía que decirle. - Si te amo, pero no creo que mi amor por ti sea suficiente - Así sin más sa...