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Mis ojos pesaban demasiado y sentía leves pinchazos en mi cabeza, trataba de abrir los antes mencionados pero simplemente el cansancio de estos me lo impedía y mi cuerpo estaba algo débil por lo que sentía. Algunos recuerdos vinieron a mi y supe porque estaba en esta condición tan deplorable aparte de lastimera, abrí mis ojos de golpe pero la luz del lugar en donde estaba me cegó haciendo que me cubriera con mis brazos y otro gran dolor recorriera mi cuerpo por tal brusco movimiento, tardé en acostumbrarme a la luz pero pude lograrlo así percatandome de que el lugar en donde estaba era mi habitación. Mire a los lados y me detuve en dos siluetas, una recargada en el borde de mi cama y otra en la pared, ambos estaban dormidos por lo que pude ver así que suspiré tratando de levantarme sin hacer el mínimo ruido pero fue una misión fallida.
Ya despertaste…cómo te sientes? -voltee y vi a mi pequeño demonio bostezando y estirándose, supongo yo por la posición incómoda en la que estaba-
Me siento bien…no te preocupes -reste importancia, tener estos ataques a menudo lo hacía algo a lo que acostumbrarse fuese fácil-
Que no me preocupe?... enserio pides eso después de lo que pasó? -desvié la mirada, no quería hablar del tema y mucho menos recordarlo-
Solo…fue un ataque…sabes que es común -escuche como soltaba un pequeño gruñido de molestia y podía jurar que había apretado los dientes-
¿Quién fue?...que te hizo? -dirigí mi mirada hacia él con ojos bien abiertos, que hice mientras tuve el ataque?-
