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Una chica veía desde el barandal de la azotea como su amiga se encontraba con su novio, a pesar de no ser muy atractivo en su punto de vista podía ver cómo era buena persona y cuidaba de su mayor tesoro como podía, aún se preguntaba cómo es que se sentía ser amada de esa manera o más bien como se sentía cualquier tipo de amor. Desde que recuerda sabe que nunca llegó a recibirlo y simplemente le daba curiosidad saber porque todos disfrutaban de recibir amor por su familia o sus parejas, solo sabía cómo se sentía el odio, desprecio, la desaprobación, todo lo agridulce del mundo a decir verdad. Estar en su mundo le impidió ver quién se acercaba a ella con algo entre las manos las cuales tenía en su espalda, cuando reaccionó pudo ver a un chico que conocía muy bien, sus cabellos rubios y su típica vestimenta, su uniforme desarreglado y ese chaleco con un diamante.
Que sucede Toma? Volvieron a sacarte de clase? -se puso recta mientras lo miraba de reojo-
No, tengo clase libre y creo que tú también no? -se notaba algo inquieto e inseguro pero no sé permitía trabarse-
Si, se supone que ya podía irme pero no tengo prisa -voltee y me recargue en el barandal, si mis amigos estuvieran aqui ya me estarían regañando por estar expuesta a caer-
Me alegra que sigas aquí... quiero decirte algo -la chica lo miro curioso, ese chico solía juntarse con ella de vez en cuando pero no hablaban mucho-
Soy todo oídos entonces -pudo ver cómo sacaba a relucir la carta y se la extendía, tenía una pegatina de corazón-