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Sentía adrenalina recorrer mi cuerpo y una emoción desbordaba de mi a la vez que miraba la cancha y números junto otros cálculos aparecían en mi mente prediciendo los movimientos de los otros dejándome robar el balón a mi querido amigo Bachira con un regate característico de el, cada movimiento lo recreaba justo como otros los habían hecho permitiendo que me adaptara a todo el lugar. Los gritos que los demás daban diciendo que me sacarán del juego por no servir ni para patear el balón cesaron convirtiéndose en muecas de sorpresa al ver todo lo que estaba logrando en tan solo dos minutos, no solo copiaba jugadas si no que pude sincronizar mi reciente ego con mi jugador favorito que entró cuando mi talento se libero de sus cadenas dejando ver a todos mi talento innato que fue entrenado por Ego y sacado a relucir por Noel Noa. Un ruido fue el que sonó indicando mi gol, trayectoria perfecta y limpia dejando un resultado impecable al ser un tiro directo suave pero rápido dejando apreciar la delicadeza y agilidad con la que fue hecho, me sentía bien y una felicidad me invadió dejandome probar la victoria que tanto había deseado desde hace años, todos aquellos que me conocían no dejaban ese rostro asombrado pero el de Lavinho fue el que lo estaba más pues pude predecir su jugada especial y no le dejé tiempo para ejecutarla ni por un segundo.
Dime, el miedo se ha ido…¿Te quedarás en la banca o entraras a jugar? -lo mire y sentí como el nudo de mi garganta se disolvía dejando las lágrimas resbalar por mis mejillas, sin esperar más lo abracé agradeciendo sin parar por haberme ayudado a abandonar el miedo que me carcomía por dentro-
