𝐁𝐨𝐝𝐚 𝐄𝐪𝐮𝐢𝐯𝐨𝐜𝐚𝐝𝐚 [𝐋.𝐒]

𝐄𝐩í𝐥𝐨𝐠𝐨

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Habían pasado ya cuatro años de la muerte de Harry y todos aún podían sentir el agobiante sentimiento que sintieron al ver llegar a Louis solo, con una expresión fría que transmitía tristeza en su más puro estado y con rastros de lágrimas en sus ojos.

Sería mentira decir que no lloraron, porque lo hicieron durante días; Harry había ocupado un lugar muy importante en sus vidas.

Por eso mismo, los chicos buscaron la manera de sobrellevar la pérdida de su amigo. Diferentes maneras pero eficientes.

Un par de meses después, Conan emprendió un viaje por otras naciones para encontrarse a sí mismo y descubrir lo que realmente es, ya había pasado un poco más de cuatro años y aún no había regresado, aunque sus amigos no perdieron la esperanza de volverlo a ver pronto.

Únicamente había hablado con una persona en todos esos años y se podían contar con los dedos de una sola mano. Y esa persona era Liam.

—¡Vamos a bailar que la noche aún es joven! —después de eso se escucharon los gritos eufóricos de sus amigos de una sola noche como solía llamarlos.

—Después de bailar podríamos ir a divertirnos a otro lado —le susurró con socarronería un chico con el que se había echado algunas miraditas desde que llegó.

—Claro... —respondió con una sonrisa igual de juguetona. Abrió la boca para decir su nombre pero se quedó a medias cuando reparó en que se le había olvidado.

Respecto a sus sentimientos por Liam, decidió no decirle nada, no quería que las cosas se pusieran incómodas entre ellos. Sabía que Liam comenzaría a ser más cuidadoso con sus acciones y mimos, tratando de no darle esperanzas. Y sinceramente, prefería no decirle a distanciarse de él.

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Zayn y Liam hablaron mucho sobre los problemas que los envolvían y aunque les tomó tiempo, fueron recuperando la confianza que antes tenían y comenzaron sus vidas de nuevo.

Liam se convirtió en el general, después de que su padre fuera retirado del cargo por maltrato, no sólo hacia Liam, sino también hacia a los caballeros bajo su mandola. En Arbogs no toleraban la violencia y menos de un cargo tan alto como lo era el general.

Todos amaban al castaño y alagaban el gran liderazgo que portaba, el mejor general que se había visto en años.

Zayn ya no estafaba a las personas de buen corazón haciéndose pasar por vagabundo y comenzó a trabajar como el cocinero real; vaya que su comida era deliciosa, los caballeros envidiaban a Liam por tener a, un hermoso hombre tanto por fuera como por dentro y que aparte cocinaba excelente, a su lado. Palabras dichas en muchas ocasiones por los caballeros.

—No te comas los pastelitos, son para el cumpleaños de Ashton —reprendió sonriente el general viendo a su novio con el postre chocando contra sus esponjosos labios.

—Puedo hacer más, aparte él me dijo podía comer los que quisiera —rebatió dándole por fin una mordida, manchando ligeramente sus labios.

— ¿Quieres uno? Vamos, yo sé que sí.

—Ya te manchaste, Zaynie —Liam tomó un pedazo de tela fina y limpió cuidadosamente a Zayn, para después juntar sus labios en un lento y cariñoso beso.

Después de separarse, Liam miró por encima del hombro de Zayn y se quedó mirando con nostalgia hacia una pintura de él y Conan que colgaba de una fina pared. Zayn la había puesto ahí.