𝐁𝐨𝐝𝐚 𝐄𝐪𝐮𝐢𝐯𝐨𝐜𝐚𝐝𝐚 [𝐋.𝐒]

𝐂𝐚𝐛𝐚𝐥𝐥𝐨𝐬, 𝐜𝐚𝐫𝐫𝐮𝐚𝐣𝐞𝐬; 𝐞𝐬 𝐥𝐨 𝐦𝐢𝐬𝐦𝐨, ¿𝐍𝐨?

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—¡Hola! —gritó Harry mientras entraban a una tienda. La mujer detrás del mostrador, abrió los ojos de sobremanera para que después apareciera una gran sonrisa en su rostro.

Salió detrás del mostrador y se apresuró a abrazar a Harry, la mujer abrazaba al mercenario con tanto anhelo y dulzura que a Louis le dieron ganas de salir de ahí para dejarlos disfrutar su momento. Vio cómo la mujer se limpiaba las lágrimas a la vez que se separaba de Harry y dirigía su mirada hacia él.

Louis sin saber que hacer realmente, solo atinó a sonreír tan encantadoramente solo como él sabía.

—Pero que bonito muchachito haz traído Harry —la mujer avanzó hacia Louis y le agarró las mejillas con ternura—. ¡Mira estas mejillas tan suavecitas!

—Emma... —masculló Harry mientras trataba de que la mujer soltara las mejillas de Louis, quien se veía un poco abrumado.

—Siempre has sido muy celoso, Harry —se mofó Emma. Soltó a Louis y le dio un empujón al mercenario que hizo que chocara con el joven de cabello castaño—. Aunque, con este niño ¿Quién no se pondría celoso? ¡Está hermoso!

—Nosotros no... —se apresuró a decir Harry pero fue interrumpido con un chasquido proveniente de la mujer—. Como sea, sé que no me vas a creer... vengo para que nos arregle. Vamos a ir de visita al reino.

Emma se estremeció ante las palabras de Harry y lo miró con preocupación pero éste solo asintió ligeramente. Tenía que cumplir con la misión.

—Su familia es noble, así que tiene que verse muy elegante. Yo necesito un traje de guardia. En realidad serán tres trajes pero los otros dos están haciendo otras cosas —con su mano en la espalda baja de Louis, entraron por una puerta que estaba perfectamente oculta detrás de la fachada de la decoración—. Solo tienes que ajustar un poco los trajes que hiciste el año pasado y estaremos listos.

—Sabía que sí te gustaron —dijo orgullosa mientras una sonrisa aparecía en sus labios—. No por nada esta línea se iba a llamar el... —sus palabras murieron en su boca cuando se dio cuenta de lo que iba a decir, así que solo carraspeó y se dispuso a buscar algún diseño que hiciera ver mejor a Louis—. Tengo un traje que nunca le mostré a nadie, iba a ser para el segundo hijo del Rey, pero olvidé mostrarle el diseño. Y estoy segura de que a este muñequito le quedará de maravilla.

Emma desapareció por una puerta mientras mascullaba acerca del traje que tenía para Louis. Para después de un par de minutos regresara chillando de felicidad por haberlo encontrado.

—¡Aquí está! —alcanzó la mano de Louis y lo arrastró dentro del vestidor, le dio las prendas y cerró la puerta—. Estoy segura de que tu chico se verá muy bien con esto.

—Él no es mi chico —farfulló, desviando la mirada hacia el maniquí que lucía el traje que él usaría, ya que había sido creado exclusivamente para él.

Emma viró los ojos y negó con la cabeza mientras una sonrisa socarrona bailaba en sus labios.

—Harry... ¿Qué ganas con negarlo? Siempre supe que no te gustaban las mujeres —y el mercenario no dijo nada, ya que era totalmente cierto lo que la mujer decía. No tenía porqué refutar nada—. Y también sé que eres muy cerrado respecto a tus sentimientos, pero no tienes que ocultar lo tuyo con el precioso chico ahí adentro, por lo menos cuando estén conmigo.

—Realmente, Emma, Louis y yo... —y antes de que Harry pudiera terminar la frase, Louis salió del vestidor.

Y Harry quedó completamente anonadado con la elegancia, gracia y belleza que irradiaba Louis.