Insensible

O'Hara

Peter abrió los ojos lentamente sintiendo una punzada de dolor en todo su cuerpo, estaba cansado, le dolían partes que ni siquiera sabía que podían dolor. Con dificultad se sentó quejándose bajo, miró alrededor recordando donde se encontraba, lo que había pasado esa noche y con quien había pasado. Con algo de temor miró al otro lado de la cama, pero estaba vacía. Tocó las sabanas notando que estaban frías, estaba claro que el moreno se había levantado hace horas y le había dejado solo.

— No sé que esperaba. – Soltó una leve risa mientras se regañaba mentalmente, era obvio que aquello había sido algo de una noche, quizá algo relacionado con Miguel siendo un alfa "siempre listo para hacer bebés" frotó su rostro con ambas manos y tomó aire con fuerza buscando calmar el dolor que se albergaba en su pecho, así como lo avergonzado que se sentía por lo que había pasado. Buscó con la mirada su traje encontrando la parte inferior hecha tirones en el suelo. — ¿Que se supone que me ponga? – No podía solo irse a su universo desnudo. Se apoyó en la pared para ayudar a no caer mientras avanzaba con sus temblorosas piernas hacía el armario de Miguel tomando lo primero que encontró; una camisa blanca y un pantalón de tela suave tirando de los cordeles de estos para ajustarlo de la cadera y evitar que se cayeran. No estaba seguro de si el moreno se molestaría por usar su ropa sin permiso, pero era su maldita culpa por romper su traje y dejarlo solo. Chasqueó la lengua con molestia por el dolor que le causaba el pensar en ello, en lo estúpido que se sentía por creer que sentirían algo por él, ya había sido una suerte que MJ le aceptara en su momento, claro que hace años era todo un rompe corazones, pero ahora ya era un padre soltero que no se preocupaba demasiado por su imagen.

Salió de la habitación con dificultad por el dolor en todo su cuerpo, sobre todo en la parte trasera y su nuca, pero se quedó en blanco al ver como Miguel se encontraba poniendo en la mesa un par de platos con hotcakes y unas tazas con café.

— Despertaste. – Se acercó al sorprendido Peter para sujetar su rostro y dejar un beso sobre sus labios. — Pensaba dejarte dormir un poco más. ¿Quieres desayunar?

— ¿Porque estás aquí? – Preguntó confundido, ya se había hecho una película en la cabeza donde había terminado siendo una aventura de una noche, de como seguramente sería ignorado de ahora en adelante, pero ahí se encontraba el culpable de su confusión ayudándole a llegar a la mesa para sentarse con cuidado en una de las sillas.

— Vivo aquí. – Remarcó lo obvio mientras se sentada a un lado del castaño y daba un sorbo a su café.

— No me refería a eso. – Masculló mientras tomaba el tenedor para hundirlo en su desayuno y dar un bocado sorprendiéndose gratamente por el delicioso sabor. — Mhn, no sabía que cocinabas tan bien.

— Me gustaría dejar las cosas en claro. – Su tono de voz era seria así como la expresión con la que miraba al otro. — No tengo aventuras de una noche, sé que quizá ayer nos dejamos llevar un poco, pero te pido que pienses seriamente en que pasará de ahora en adelante.

— ¿Yo? – Se señaló.

— Por supuesto, aceptaré tu decisión sin importar cual sea.