17-Pero Quiero Que Sepas Que Podrías Conocerme

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Las Crystal Gems esperan en el Templo, convocadas por un solo código.

93-B.

Una citación formal que no es de emergencia por Asteria Diamond. Un interrogatorio, por así decirlo.

Aunque con qué propósito, las Gemas no lo sabían. Sin embargo, Connie y Greg parecían hacerlo, aunque no dijeron nada, simplemente esperando en un silencio simpático.

La puerta del templo de Steven se abre como los pétalos de una rosa. Sale con botellas de icor de Diamante y se sobresalta, solo un poco, por la pequeña multitud en la casa.

-Uh... -Bismuth duda, -¿Steven? ¿Qué tienes ahí?-

-No mucho, es solo trabajo de preparación. -Camina hacia la encimera de la cocina con una suavidad coreografiada que claramente no siente y comienza a combinar una mezcla.

Bismuth no sabe mucho sobre la nueva tendencia de mezcla de Diamantes. Ella solo conocía los conceptos básicos a través de la ósmosis, sentándose a través de las apasionadas peroratas de Peridot acerca de cómo esta vez había encontrado la mezcla óptima de amarillo y rosa para una máxima productividad, y que la eventual disipación de estrés se fuera al diablo.

Rosa, amarillo, azul y blanco, en proporciones descendentes. Él vierte un poco en una pipa que se nubla, su boca tiene la forma del eco irónico de cierto dragón que abrió el frente de esta misma casa hace casi un año.

-En serio, Steven -ella presiona, -¿qué está pasando?-

-¡Si! -Peridot ladra. -¡Y por qué hiciste una nueva receta sin decírmelo!-

-Tendrá sentido en un minuto -él insiste, aunque un poco nerviosamente. -¿Tienes lo que te pedí?-

Había sido una petición extraña. Una herramienta para separar fusiones sin dolor, en caso de una fusión tóxica, insegura o lesionada que no podría o no se separaría de forma segura por sí sola. Era una idea con la que ella y Peridot ya habían estado juguetenado antes de que Steven la mencionara, y funcionó suficientemente bien. Su forma era rudimentaria para su propósito más o menos un bastón bidón amañado. Este prototipo se había hecho para funcionar por sobre la estética, una mera prueba de concepto.

Tomó el no del todo bastón en sus manos.

-Eh, ¿Garnet? -él pregunta. -Quizás quieras dar un paso atrás.-

Sostiene el bastón en posición vertical, y antes de que Bismuth pueda preguntarse qué en las galaxias está pensando, él lo activa y lo golpea contra el suelo.

Hay un destello de luz detrás de los ojos de todos que apenas dura un segundo.

Hay dos Stevens sosteniendo el bastón.

Uno es como una aparición. Un eco del Steven que conocen ahora. Él es rosado, de la forma en que Steven está en su forma habitual, pero los tonos de esta forma están ligeramente incorrectos- su piel es un poco más pálida, su cabello un poco más oscuro. Su cuerpo da un resplandor frío y brusco, y sus brillantes ojos de diamante tienen un rosa tan vivo que bordea el rojo. Su forma tiene una canción constante y resonante, y su rostro está en blanco, atento.

El otro parece... humano. Un eco de un Steven del pasado la forma en que podría haber crecido si solo hubiera sido humano. Pero tiene un tono gris y sin sangre. Sus dedos tienen garras de Gema, sus dientes son los dientes de Gema, y cuando ella mira sus ojos oscuros, ve diamantes en ellos. Hay un cansancio establecido en su cuerpo, y se apoya en el bastón como si fuera lo único que lo mantiene de pie.

(La abertura de diamante en el vientre de su ropa no tiene una gema).

El Steven rosado se mantiene atento hasta que el "humano" se lleva la pipa a la boca y absorbe la nube de su mezcla. La palidez medio muerta no abandona su cuerpo, pero se inclina un poco menos dependientemente del bastón, sus ojos afilados, nerviosos, casi calculadores mientras asimila la conmoción silenciosa de las Gemas.

Para Un Diamante Es Una Cosa MaravillosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora