-¿Estás ya lista cielo?- Escuché dos toques en la puerta y vi a mi rubio favorito entrar en la habitación que compartíamos.
-Si, solo me quedan los zapatos- Le avisé y me giré hacia a él con una sonrisa, iba con una camiseta negra y unos pantalones grises, creo que cada día me enamoraba más. Yo había optado por un vestido básico negro que se amoldaba a mi figura y me resaltaba mis curvas, dejé mi pelo suelto haciéndome unas pequeñas ondas al final de este y lo finalice con unos tacones no muy altos blancos.
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Cogí la cartera y me levante dando una vuelta.
-Si no fuera porque llegamos tarde te comería ahora mismo- Me dió un casto beso y salimos del edificio para encontrarnos con los demás que irían a la fiesta.
Una vez llegamos, fuimos directos a la zona VIP, pues siempre que íbamos con la malla reservamos esta zona para no hacer cola, Gustabo me llevaba agarrada de la mano para que no me perdiera entre la multitud hasta que llegamos a unos sillones.
-Quédate aquí, iré por bebidas, ¿Quieres algo puerca?- Me avisó mientras me dejaba sentada en uno de los sillones, sabía que no me decía ese apodo a malas, en realidad, adornaba sus apodos tan originales.
-Un vodka con limón rubio-Le pedí y este asintió. A mi derecha se sentó Horacio, el "hermano" de Gustabo y como si fuera también mi hermano.
-De verdad, no sé qué le has hecho, peor no parece Gustabo-Me comento entre risas mientras veía como el recién nombrado se dirigía a por las bebidas.
-Ni yo lo sé, pero es increíble como cuando no hay nadie es un amor de persona, en cambio con todos parece un perro enfadado- Reí junto a él recordando los mimos y los momentos que pasó junto a Gustabo, y pensar que en un principio me caía mal.
-Aquí tienes enana- Llegó con las bebidas y me entregó mi vodka y a Horacio lo que le había pedido, se sentó a mi izquierda y me dio un pequeño beso sonriendo me.
Pasado un rato en el sillón mi novio se levantó animado mirándome.
-¿Me concede este baile señorita?- Preguntó intentando sonar caballeroso a la vez que cogía mi mano y le daba un beso, me aguante la risa por su acento y acepte.
-Sería un gusto- Le contesté de la misma manera y me levantaba para cogerle la mano e ir a la pista de baile.
La música que sonaba era puro reguetton, nos situamos en un lugar donde no nos chocaramos con tanta gente y Gustabo cogió mi cintura para pegar mi espalda a sus abdominales.
No me daba vergüenza bailar, en verdad disfrutaba mover mis caderas al ritmo de la música, desde pequeña bailar era de mis mejores pasatiempos.
Comenzamos a bailar y yo movía mis caderas de forma provocativas rozandome mi trasero contra la entrepierna del rubio, sabía perfectamente lo que provocaba en él.
-Princesa, como no te estés quieta vas acabar con muletas mañana- Me susurro al oído con voz ronca, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo pero seguí bailando hasta que se acabó esta canción. Me giré para observarlo y antes de que pudiera decir nada lo calle dándole un casto beso.
-Voy a por algo de beber, esperame aquí- Le avisé mientras me separaba de él y me dirigía a la barra.
-Hola, me gustaría dos tequilas- Le pedí amablemente al camarero de allí mientras me sentaba en un banco alto de la barra.
-En seguida- Me contestó este mientras servía más bebidas.
-Vaya, ¿qué hace una chica tan guapa sola por aquí?- Escuché una voz a mi lado, me giré y pude ver a un señor como de unos 30 o 40 años desnudandome con la mirada a la par que bebía un vaso con Dios sabe qué.
-Amm, vengo acompañada, no necesito nada-Le contesté nerviosa y rezando para que el camarero trajera ya las bebidas, me bajé de la banca por seguridad y me aleje unos centímetros.
-Vamos preciosa, solo quiero ayudarte, ¿te enseño el baño zorrita?- Para él eso era excitante pero yo lo único que quería era salir corriendo de allí y vomitar al ver como se acercaba más hacia mí, estábamos lejos de la zona VIP y de donde estaba con Gustabo, empezaba a desesperarme.
-No enserio, déjame- Le dije mientras sentía como mi cuerpo temblaba, el sujeto se acercó a mi de modo que me me aprisionaba contra la pared poniendo un brazo a mi izquierda casi sobre mi cabeza.
-No te resistas encanto, yo sé que quieres- Me contestó y me cogió la muñeca haciendo mucha fuerza, seguido de esto comenzó a agarrarme el cuello.
Estaba paralizada y no era capaz de gritar, solo intentaba escapar de su agarre pero tenía demasiada fuerza. Noté como el señor colocó su mano en mi muslo y por donde empezaba mi vestido fue subiendo la mano, la desesperación en mí era cada vez mayor. De un momento a otro dejé de sentir esas manos y escuche un golpe, abrí los ojos encontrándome con el rubio que tanto necesitaba.
-Qué quieres niñato, lárgate de aquí- Le respondió el señor mayor al empujón que le había pegado Gustabo.
-Te ha dicho que la dejes idiota- Podía ver la ira en los ojos de mi novio, parecía que iba a estallar.
-Y tú quién eres para venir aquí y decirme lo que hacer- Le dijo mirándolo fijamente.
-Soy su novio gilipollas- Le contesto y seguido le pegó un puñetazo que pillo desprevenido al señor y lo dejo en el suelo.
Corrí a abrazarlo rápidamente apoyando mi cabeza en su pecho, mi respiración era demasiado rápida.
-Shh tranquila cielo, mientras yo esté aquí ningún gilipollas volver a ponerte las manos encima si- Me tranquilizaba a la vez que me acariciaba el pelo, realmente me sentía bien con él y solo con él. Cogió mis muñecas y vio las marcas rojas que tenía en estas junto a mi cuello, las acarició con sumo cuidado, pude ver rabia en sus ojos.
-Quiero ir a casa Gustabo- Le susurré mientras seguía apoyada en su pecho.
-Nos iremos a casa, después le mando un mensaje a los demás- Pasó un brazo por mis hombros y yo abracé su cintura, me sentía protegida, nos dirigimos a la puerta y nos montamos en el coche.
Holaa, perdón por estar desparecida pero también estoy escribiendo una historia por si gustan leerla del personaje de Yun Kalahari, es un fanfic donde también entra la mafia The Union.
