Date Part I

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Lena estaba recostada en el sofá escribiendo en su móvil, mientras su mejor amiga jugaba concentrada Play Station, prácticamente vivían juntas y a ninguna de las dos les molestaba hacerlo, se dividían a como podían las cuentas, gastos en comida, entre otras.

—¿A quién le envías mensajes? —preguntó curiosa.

—A nadie —mirada los mensajes que le había escrito.

—¿El mismo "nadie" que le enviabas mensajes anoche? —concentrada evitaba que la mataran en el juego.

—Sí, de hecho —admitió—. Pero créeme, no es en absoluto lo que piensas.

—Mira, no pasa nada en volver a salir ahí afuera —frunció el ceño apretando los botones.

—Dios mío, para, por favor, no sabría ni por dónde empezar —miró por fin a Sam dejando de lado su móvil sentándose.

—Bueno, es sorprendente que digas eso —quitó el juego para enfocarse en su amiga—. Porque tu mejor amiga que te quiere, que es increíble y te cubre las espaldas. Puede que te haya inscrito en una aplicación.

—Perdona, ¿qué? —Lena sabía que Sam era atrevida en muchas cosas, pero eso había escalado un poquito el atrevimiento —¡Odio las aplicaciones!

—Ya lo sé, lo sé son lo peor —su morena amiga se sentó a su lado tomando su propio móvil—, eres guapa, joven, y tienes toda la vida por delante —la ojiverde negó con su cabeza sintiéndose molesta, estuvo a punto de levantarse—. No puedes renunciar a las citas, así que echa un vistazo, ¿hace cuánto no sales con una mujer?

—¿Qué? No, no —intentó detenerla tomando su mano viendo como pasaba hombres y mujeres que salían—. No estoy preparada para esto, Sam —suspiró resignada a que no se iba a detener—. De acuerdo, ¿por qué estos tipos salen sin camisa y esas mujeres en traje de baño? —señaló viendo a su amiga entretenida—. Yo no hablaría con nadie así.

—Pero no tienes que preocuparte, porque es Bumble. Así que la mujer da el primer paso —mira, le enseñó una mujer morena atractiva que tenía pinta de ser ejecutiva—. ¿Qué?, ¿tú qué crees? —Lena frunció el ceño— ¿No?, ¿Y este tipo? Bien. Entonces hacemos un pequeño barrido a la derecha.

—No te he dicho que des un barrido —se tiró casi encima de Sam intentando detenerla— Espera, detente.

—Boom, coincide con el primero. ¿Quién eres? —le preguntó Sam mirándola de reojo— Esto debe ser una señal, así que ponemos un pequeño "hola", para ver qué.

—No, no le envíes un mensaje, detente —se asomó a la pantalla—. ¿Le has enviado un mensaje?

—Sí. Dios mío, esta chica te ha contestado —estaba emocionada como si fuera para ella—. "Bonita foto, ¿te gustaría ir a tomar algo?" —se emocionó viéndola.

—¡No!

—¡Sí! Es increíble —emocionada estaba determinada convencerla—. Lena, hazlo por mí, tu mejor amiga que te quiere tanto, tanto, tanto. Tu felicidad es mi felicidad.

—Cállate —colocó su mano en la boca, andaba su anillo de compromiso—. Una copa.

—¿Vas a ir? —Sam casi pegaba brincos.

—Si te callas y prometes que dejarás de presionarme a hacer esto —la señaló mirándola casi seria.

—Te lo prometo —emocionada aceptó la condición festejó en el aire.

—Eres una molestia cuando quieres —abrió la boca cansada.

—Lo sé —lo admitió poniéndose en pie.

Love AgainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora