Capítulo 2 - Amor, pasión y lujuria

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Su se acercó a Moa y capturó sus labios con amor, pasión y lujuria, mientras acariciaba sus piernas al desnudo.

Los fogosos besos y las caricias delicadas en su piel, cada vez más cercanas a su intimidad, sumado a la confesión de Suzuka de tampoco vestir ropa interior, lograron encender a la dueña de casa. Aunque, en honor a la verdad, ella se encontraba en llamas desde el instante mismo en el que abrió la puerta de su hogar y vio a la bella Su parada en el umbral de esta. Moa juraría que Suzuka experimentó lo mismo al verla a ella.

Desafortunadamente, ellas se habían prometido que esa noche solo hablarían seriamente y nada más. Mejor dicho, se habían mentido a ellas mismas que esa noche solo hablarían seriamente y nada más. Pero en el fondo de sus corazones, Su y Moa sabían muy bien que esa promesa jamás iba a ser cumplida. Las dos eran conscientes que terminarían en la cama haciéndolo durante horas y horas, al igual que pasa con la llegada de cada nuevo fin de semana, ya que después de todo, los fines de semana son los días en los que hacen cosas importantes. Y no hay nada más importante en la vida, que el amor.

Su separó sus labios de los de Moa y comenzó a explorar nuevamente su seductor cuerpo semidesnudo con besos descendentes hasta llegar a su zona íntima. La Reina, hizo una pausa para apreciar la apetecible y húmeda intimidad de La Chica Koala, previo a enterrar su rostro entre las piernas abiertas de su amada para lamerla.

- Uhmmm, Su... - Moa se estremeció de placer al sentir el primer contacto sobre su zona privada.

- Por dios Moa, eres deliciosa. No te das una idea las ganas de comerte toda que tenía desde que abriste la puerta de tu hogar y te vi. Ardo por ti desde ese mismo instante - confesó la chica de mayor edad, saboreándola de manera experta.

- Ahhhhh, lo sabía... - volvió estremecerse Moa frente a la nueva confesión. - Cómeme, mi amor, soy toda tuya - rogó, abriendo incluso más sus piernas.

Su siguió dedicándose fervorosamente a explorar el centro de placer de Moa, brindándole intensos momentos de goce. Sin previo aviso, retiró su rostro de allí a los pocos segundos de iniciada la tarea y, a continuación, tomó con suavidad las piernas desnudas de su compañera de banda. Con una destreza admirable, las cerró y las elevó en un ángulo recto, sosteniéndolas con gracia y seguridad en alto, con tan solo una sola mano. Rápidamente, con su mano y dedos libres, La Reina comenzó a penetrar frenéticamente a La Chica Koala, quien ya se encontraba más que lubricada desde el inicio, más aún luego del experto trabajo de lengua.

- ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Más! ¡Más! ¡Más! - el éxtasis llenaba a Moa, quien no dejaba de pedir por más con cada nueva penetración.

Por su parte, Suzuka no disminuía el ritmo. Al contrario, sus movimientos eran constantes, rápidos y profundos, intensificándose a medida que pasaba el tiempo. Ella no le iba a "perdonar" a Moa el haberla provocado tanto con sus lamidas a su orejita y con sus condenadamente preciosos pucheros.

- S-Su, mi vida... n-no pares... ya casi... y-ya casi... ¡¡¡SU!!!!

Moa gritó con toda su alma el nombre de su amada. Ella, había alcanzado el clímax.

Su la penetró como tanto le gusta.

Sin parar.

Sin perder ritmo.

Sin perder fuerza.

Así, le gusta a Moa ser penetrada.

Y así, le gusta a Su penetrarla.

Sin darle oportunidad a recuperarse del orgasmo, La Reina dulcemente bajó las piernas en alto de la dueña de casa y las colocó nuevamente sobre la mesa. Luego, ella se deshizo de su bonita blusa y y su bonita camiseta, todo bajo la atenta mirada de Moa, quien se encontraba deslumbrada con el "mini striptease" de Suzuka. Una vez terminó de quitarse las prendas, ordenó:

Amor Eterno - Temporada UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora