Capítulo 3 - Tu cuerpo me excita

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Moa sumisamente obedeció y se colocó en posición sobre los escalones, ofreciendo a Su, una vista privilegiada de su trasero.

- ¿Así, mi amor? ¿Así te gusta? - preguntó mirando seductora por encima de su hombro, mordiendo su labio inferior y arqueando lo más posible su espalda para hacer resaltar bien su apetecible, redondo y tonificado trasero que a Suzuka tanto le gusta y la enciende.

- Sí, así está perfecto - respondió una más que excitada Su, comenzando a darle fuertes nalgadas.

- ¡Ahh... sí!... ¡Me encanta, Su-chan! ¡AHH! ¡AHHH!

Cada nueva nalgada era más violenta que las anteriores y provocaba gritos de goce en Moa. En breve, los glúteos de la anfitriona se encontraban totalmente rojos. Sin embargo, ella jamás se quejó.

Le encanta ser nalgueada por Su.

La excita mucho eso.

Demasiado.

La Reina detuvo las nalgadas al cabo de un tiempo para anunciar:

- Creo ya es suficiente. Es hora de los mimitos, amor

Ahora fue Su quien se colocó de rodillas unos escalones más abajo, tomó suavemente las caderas de Moa y depositó tiernos besitos en sus glúteos. Tiernos besitos que se convirtieron rápidamente en lamidas, cada una de ellas, más y más cercanas a la ya goteante intimidad de la dueña de casa.

- Su-chan, por favor... cómeme toda de una buena vez... - suplicó Moa, abriendo sus piernas y arqueando incluso más que antes su espalda, incitando a Su a que la devore.

- Como ordene, mi princesa - manifestó Suzuka hundiendo su rostro en la zona íntima de La Chica Koala, lamiéndola como si no hubiera un mañana.

- Ahhh, Suuuuuu... - vociferó la más joven tras obtener lo que tanto estaba deseando.

Al igual que a Suzuka le ocurre con la lengua de Moa, a Moa la enloquece la de Su. Desde la primera lamida, la más joven ya se encontraba absolutamente lista para tener su segundo orgasmo de la noche. Las nalgadas, la habían encendido en demasía. Tanto, que decidió llevar una de sus manos hacia atrás y tomó con firmeza la nuca de Su, en un intento de hundir la lengua de su amada lo más profundamente posible.

- Sí, así. Así, mi vida, así...

Debido al firme agarre sobre su nuca, el rostro de Su estaba siendo aprisionado bruscamente por la intimidad y las nalgas de La Chica Koala. La Reina apenas podía respirar, pero ese hecho, no le importó en lo más mínimo. La determinación de Suzuka no conocía límites. Ella no tenía intención de detenerse ni siquiera para respirar. Al menos no, hasta llevar a Moa al punto máximo del goce nuevamente.

- Ayyy, sí... justo ahí... - gemía y gemía la chica de menor estatura.

El intenso placer que Su le estaba brindando era tan abrumador, que Moa dejó ir su rígido agarre y apoyó sus antebrazos y su frente en uno de los escalones, cerró los ojos, y sencillamente se dedicó a disfrutar de aquella habilidosa lengua.

- No dejes de lamerme, no pares, Su-chan, no pares - suplicaba Moa entre gemidos y jadeos, al borde del éxtasis.

Suzuka complació los deseos de su amada sin decir palabra alguna, íntegramente concentrada en su tarea. Lamió con ferocidad durante largo rato, hasta que decidió sujetar fuertemente la cintura de La Chica Koala para mantenerla en el lugar y empezar a introducir y penetrar con su lengua aquella área sexual en llamas, al igual que Moa lo había hecho con ella cuando la montó sobre la mesa.

Amor Eterno - Temporada UnoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora