El corazón se le cayó a los pies a Meera. Estaba claro que Kaali no necesitaba ninguna explicación de lo que estaba pasando, a pesar de que Veer no había sido nada específico, Kaali había ido al corazón de la materia. No se le notaba nada sorprendido y solo como triste. Evidentemente, no solo sabía que los planos de Brannagan estaban en malas manos, sino que también sabía exactamente quién los había puesto allí. E iba a pensar que ella estaba metida hasta el cuello en ello. Cosa que, por supuesto, era cierta. Le había salido el tiro por la culata en su intento de minimizar los daños. En vez de con un cañón descargado, de repente se estaban enfrentando con una cabeza nuclear enloquecida.
Miró a Ishita que solo parecía confusa. Luego su rostro se puso incluso más pálido y Meera giró la cabeza justo cuando dos hombres uniformados de seguridad aparecieron en el pasillo. Ishita se agarró al respaldo de su silla como si fuera eso solo lo que la impidiera caer al vacío.
«Allá vamos», pensó Meera.
Kaali levantó una mano y los dos hombres se detuvieron, luego él avanzó hacia Veer.
—¿Y bien? —dijo—. Seguramente no serás tan tonto como para haber pensado que Meera y Ishita te iban a dar los planos de verdad.
A Meera se le volvió a detener el corazón. Se dijo a sí misma que todo iba a ir bien. Porque, por supuesto, eso era exactamente lo que había sucedido. Kaali debía haberse dado cuenta inmediatamente de que los planos de Veer habían sido saboteados.
Salvo que... No podía saberlo.
Probablemente podría suponer lo que ella había hecho, pero no podía estar seguro. No había ninguna evidencia, ella misma se había asegurado de ello. Aunque pusiera patas arriba su despacho, cosa que no había podido hacer, no habría encontrado otra copia de los planos que la suya, la de verdad.
Y aquella en la que ellas dos habían hecho los cambios había sido destruida. Y la de Veer, la tenía él en la mano y no la habían perdido de vista desde que entró. Así que Veer si no estaba seguro de lo que habían hecho, ¿Estaba simplemente echándose un farol cuando dijo que los planos no eran los de verdad? Meera no lo creía, la nota de autoridad de su voz indicaba que no se estaba tirando ningún farol.
Además, había otra explicación mucho más inteligente de lo que había dicho, que estuviera diciendo simplemente la verdad. Los planos de Veer no servían para nada, pero tal vez no fuera por los cambios que había hecho en ellos Meera, sino por otra cosa.
Aún estaba pensándolo cuando Kaali se lo confirmó.
—Lo que tienes ahí, Veer, son los planos preliminares, unos que no incorporan las innovaciones finales y más importantes que hacen únicos eso interruptores. Y, por supuesto, antes de sacar a la luz esas copias, me aseguré de que hubieran unas pequeñas, digamos correcciones, en ellas.
Así que era por eso por lo que los planos le habían parecido un borrador, pensó Meera, porque lo eran. Pero eso significaba que Kaali no había confiado en nadie, ni siquiera en ella, su mano derecha, su ayudante personal, cosa que, extrañamente, la deprimía.
Kaali hizo pasar a los hombres de seguridad y dijo:
—Navani, estos caballeros lo acompañarán a la salida. Se le enviarán a casa el finiquito y sus pertenencias personales. No vuelva a poner los pies en esta empresa nunca más.
La respuesta de Veer la sorprendió. Por supuesto, ella había oído anteriormente palabrotas semejantes, pero nunca con tanto veneno incluido. Kaali retrocedió un paso para hacer sitio a los de seguridad, así que el puño que había lanzado Veer se quedó corto. Meera trató de gritar, pero tenía la garganta demasiado seca. Estaba claro que Kaali se había esperado algo semejante, ya que desvió el golpe con una mano y lo hizo soltar los papeles, que cayeron al suelo y se desparramaron por él.
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Una cuestión de negocios.
FanfictionMeera no sabía si había tomado la decisión correcta. El atractivo y adinerado Kaali Bakshir le había propuesto matrimonio y ella, la sencilla Meera Dev Malik, ¡le había dicho que no! Como ayudante personal de Kaali, Meera ya era el equivalente a una...