RENEGADES (ASTERIXBADBITCH)

Capítulo veintiseis

Al fin, pensó, aun el dolor más profundo se aplaca, la desesperación más intensa se desvanece. La maldición del verdugo: la víctima se acostumbra al látigo.

Era la segunda vez que estaba en el hospital de la base en tan poco tiempo; y no se sentía bien. El desazón del instalaba en su garganta, esta vez no podía ver a quien atendían; esta vez no sabía si lo lograría.

Su corazón apenas había resistido el colapso en medio del vuelo gracias a la magia de Wanda. No tenía que tener un título para saber que cuerpo estaba destrozado; y aún no tenía idea de las magintudes.

"Capitán Rogers, el señor Stark y el doctor Banner lo esperan en el laboratorio de armaduras"

La voz de la inteligencia artificial lo levantó como un resorte hasta el lugar que le indicaba. Donde ya lo esperan sus dos compañeros de equipo.

— Capitán. — el doctor Banner intento saludarlo, viéndose ligeramente ignorado por el rubio.

— ¿Que es lo que saben? — inquirio en cambio.

— Lo lamentó, Steve. — comenzó el pelinegro al verla la falta de iniciativa del doctor. — es mucho por asumir.

— comienza. — demandó secamente.

— no sabemos como su cuerpo pudo resistirlo. — levantó el holograma con la silueta de Natalia y cada punto. — Para empezar tenía una contusión causada por el golpe que le provocó la fractura de su nariz, aunque se manejó con facilidad.

— Háblame del fallo multo orgánico.

— la nariz dificultó la llegada de oxígeno en general. Su garganta no estaba mucho mejor y esa opción tampoco fue viable para el suministro de aire. — explicó mostrando la grafica con presión en sus manos. — sus manos y brazos revelan muchas torturas; intentaron drenarla. La falta de sangre produjo el ataque al corazón; quizás desatado por el movimiento repentino. Las marcas de cadenas nos indican que a lo mejor no podía moverse y eso hizo que la pérdida se sangre fuese lenta.

— ¿algo mas? — inquirio sin perder la calma.

— Las heridas de su espalda estaban infectadas, no hay forma de saber cuántas, algunas estaban curadas y otras eran frescas. — Tony Stark trago saliva. — En general, su cuerpo presenta un alto nivel de desnutrición, no hay que hacer muchos estudios para saberlo. Sus uñas fueron arrancadas, y quizás tiene un pequeño cuadro de neumonía. El chip en su cuerpo no desató veneno, pero le dimos el antídoto creado para yelena esperando evitar cualquier efecto tras ser retirado.

— ¿Va a reponerse? — preguntó finalmente tras procesarlo.

— Hay algo más, Steve. — el que Tony dijese su nombre del pila lo hizo estremecerse. — notamos algo en su cuerpo, quizás es la razón de la pérdida de sangre. Tuvimos que llamar a una ginecóloga para que reconstruyera el canal vaginal.

— ¿Que? — apenas fue capaz de pronunciar.

— lo siento, Capitán. — el doctor Banner comenzó, viendo al millonario incapaz de continuar. — No tenemos un estimado, pero la señorita Romanova fue violada con tal brutalidad para causar un daño significativo.

— Podemos estimar alrededor de... — intento continuar Tony Stark.

— No. — lo detuvo, sabiendo que ella no querría eso. — ella lo dirá cuando se sienta lista, no es necesario comenzar con estas supersticiones.

Ambos asintieron, y El Capitan se volteó, abrumado con la situacion.

— Podrás verla en cualquier momento, esperamos que despierte Para la tarde.