Capitulo veintiocho

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Así es la vida. Toda la felicidad de la que te rodeas, te la barre como si nada. Si me preguntan, diría que no creo que las maldiciones existan. Pienso que solo existe la vida. Y eso basta

Tres meses después.

Desde el día en que entró a la casa de Steve, Natalia no había vuelto a salir de ella. Si cerraba los ojos. Podía ver poco a poco como era el sueño americano del que tanto hablaba el Capitán.

—¿Dónde está Alinka?—preguntó el rubio en cuanto entró al apartamento.

Natalia acaba de pasar por una fuerte sesión de terapia inversiva para eliminar cualquier rastro de programación que hubiese dejado la Sala Roja. Había salido de aquel lugar adolorida y haciendo todos los esfuerzos posibles para no desmoronarse. Apenas puso un pie fuera de la maldita sala, Alinka había caído en sus brazos, chillando y reclamando pegarse a su pecho.

—Se ha ido al parque con Yelena— respondió quedadamenfe.

Afortunadamente su hermana ya tenía permitida la salida de aquel lugar, por lo que tomó a la niña de nuevo y la sacó de la casa con la promesa de comprarle unos chocolates.

—¿Por qué has dejado que se fueran?

—¡Necesitaba descansar!—Natalia movió las manos, molesta—¡Además, no es como que James las haya llevado!

Algo que enojaba sobremanera al rubio era la constante presencia de Bucky en la vida de su hija. No lograba que Alya confiara en él como lo hacía con James, causando bastante fricción entre ellos.

—No lo decía por eso—se sentó junto a ella—Sé que tuviste un día difícil, ¿te duele algo?

—Solamente quiero dormir...

Creía que no se acostumbraría nunca a verla de esa manera; como si el peso del mundo ya no estuviera sobre sus hombros. Poco a poco, recuperaba algo de peso y salud, incluso había vuelto a amantar a su hija, quien era feliz reclamando su derecho a permanecer en el seno de Natalia. También había vuelto a entrenar, Steve estaba con los observadores de S.H.I.E.L.D., quienes solamente tenían palabras de elogio para la mejor espía que jamás había pisado la faz de la tierra.

—Tendrás que hacerlo después, Natasha—dijo el rubio—Tenemos una reunión importante.

Frustrada, la pelirroja se levantó. Aún no se acostumbraba a verse en los espejos, con ropa cotidiana, no hubiese nada que deseara más que meterse en su uniforme y salir a hacer lo que mejor sabía, pero se recordaba diariamente que todo ese sacrificio era para que Alinka tuviera una vida diferente a la suya.

—¿Qué clase de reunión puede ser tan importante?

—Quieren que salgas a la luz...que tengas una identidad.

—¿Qué?

— podemos crear una nueva identidad, comenzar en un lugar. Nos hemos ganado ese derecho.

Se levantó de un salto, emocionada. Steve solo recordaba haberla visto así cuando era una niña, la primera vez que consiguieron robar chocolates.

—¿Ves por qué si es importante? Fury te explicará en la reunión.

—¡No perdamos el tiempo! ¡Vamos!—anunció—¡Le avisaré a Yelena que lleve a la niña! ¡Quiero celebrar esto con mi hija!

Steve bajó la mirada, mientras se dirigían a la motocicleta. Natalia no dejaba de pensar en la niña como suya solamente y él ya no quería que eso siguiera pasando. La vida de Alinka y las decisiones de la Viuda Negra debían impactar a los dos.

RENEGADES (ASTERIXBADBITCH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora