Capítulo 6:

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Desperté con los primeros rallos de sol. Mi cabeza estaba encima de su pecho y él me estaba abrazando.

- Buenos días –le susurré dándole un pequeño beso en su nariz.

- Buenos días preciosa –me susurró sonriente.

- Bajemos a desayunar. Me muero de hambre.

Nos vestimos rápidamente y bajamos al restaurante del hotel. Desayunamos con Mónica y Raúl. Preparamos nuestras cosas y nos fuimos como habíamos venido. Ellos juntos y yo con Pablo en su coche.

- ¿Quieres que hablemos? –me dijo poniendo la música más baja.

- ¿De qué quieres hablar? –me sonrojé.

- De lo que pasó anoche.

- Creo que los dos queríamos que pasara.

- Laura...

- ¿Te arrepientes?

Sentí un dolor en mi pecho y las lágrimas me nublaron la vista. Él paró el coche y me miró.

- No, no me arrepiento –me cogió de las manos –Laura llevo años enamorado de ti.

- ¿Qué? –logré decir.

- Si no te dije nada antes era por que estabas con Roberto. Parecías feliz con él. Yo sólo me hice a un lado para que fueras feliz.

- Pensé que sólo me veías como una amiga.

- Siempre me has visto como un amigo -suspiró -No podía hacer nada para cambiar eso.

- Supongo que me acostumbré que siempre estuvieras ahí para mí, cuando te necesitara.

- Siempre estuve ahí, esperando a que me vieras como un hombre –me miró -¿Cómo me ves ahora?

- Como ambas cosas –suspiré –No quiero perderte como amigo, pero me gustas.

- A mí me gustas desde el instituto –me sonrió –No me perderás como amigo.

El resto del camino lo pasamos entre bromas, risas y escuchando música.

- ¿Te quedas un rato? –lo invité a subir a mi casa.

- Sí –me sonrió.

Subimos a mi piso. Solté mi maleta en la entrada, lo abracé y lo besé. Me cogió en brazos y rodeé su cintura con mis piernas. Me soltó en el sofá y se sentó a mi lado. Yo me subí encima de él y lo besé. Sentí un estremecimiento cuando noté su dureza debajo de mí. Metí mis manos y lo acaricié, haciendo que gimiera. Hicimos el amor en el sofá.

Nos duchamos juntos y puse un puchero en mi boca cuando me dijo que tenía que irse.

- Tengo muchas cosas que hacer –sonrió -¿Por qué no vienes esta noche al club? Podemos pasar la noche juntos –me guiñó un ojo.

Yo asentí feliz. Le di un beso en la boca y se fue. Llamé a Mónica y le conté todo.

- ¡Por fin! –gritó de alegría.

Me puse una falda por encima de la rodilla en negra y una blusa blanca. Cogí mi bolso, las llaves de mi pequeño Opel corsa, de color blanco, y me fui al club.

Me senté en la barra a esperarlo. Me habían dicho que estaba reunido con alguien en su despacho.

- Hola guapa –se acercó un hombre -¿Estás sola?

- Estoy esperando a alguien –le sonreí.

- ¿Puedo esperar contigo? –yo asentí y él se sentó a mi lado.

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