El verano está empezando. Hemos terminado nuestras carreras de Magisterio. Mi amiga se ha prometido. Tenemos muchas cosas que celebrar. Así que, entre todos, hemos decidido irnos una semana a la playa.
Termino de meter mis cosas en la maleta y bajo. Allí está Pablo esperándome en su Mercedes. Me ayuda a guardar mi maleta y nos vamos a la playa.
Vamos escuchando música y cantando.
- Te veo feliz hoy –me dice.
- Estoy muy feliz –le sonrió de oreja a oreja.
- Me alegra verte así.
Llegamos al hotel. Allí estaba Mónica y Raúl esperándonos. Los saludamos y subimos nuestras maletas a las habitaciones. Se supone que Mónica compartirá habitación conmigo y Raúl con Pablo. Guardamos nuestras maletas, nos ponemos los bikinis y vamos por los chicos. Ellos ya están listos así que bajamos a la playa.
Al llegar me siento en una tumbona. Mónica corre al agua con Raúl. Pablo se sienta a mi lado.
- ¿Te ayudo con el protector solar? –me guiña un ojo.
- Sí por favor –le sonrío.
Me tumbo, boca abajo, y empieza a masajear mi espalda. Se escapa un pequeño gemido de mi boca cuando roza mis muslos. En seguida me arrepiento. Siento mis mejillas arder. Por suerte no dijo nada.
- ¿Me puedes echar un poco en la espalda?
Me levanto sonriente y él se tumba. Echo crema en mis manos y empiezo a rozar su piel. Voy masajeando su espalda a la vez que voy extendiendo la crema por todas partes. Mis ojos se paran en su culo y sus musculosas piernas. ¿Qué es lo que estoy sintiendo? Casi puedo oír los latidos de mi corazón agitado. Me pongo nerviosa.
- ¿Qué pasa? –él se incorpora un poco para mirarme.
- Nada –logro decir –me he quedado mirando a esos dos tortolitos –señalo a Mónica y Raúl.
- Hacen una pareja encantadora –sonríe.
Le sigo poniendo el protector por sus muslos y sus piernas. Cada vez estoy más nerviosa.
- Venir a bañaros. El agua está buenísima –nos grita, mi amiga, desde el agua.
- ¡Sí, voy!
Dejo el protector en mi bolsa y salgo corriendo al agua. Pablo me sigue. Antes de que mis pies toquen el agua, siento como me levantan en brazos y sigue corriendo. Me mete en el agua y me abraza. Nos olvidamos del resto del mundo. Por un momento sólo estamos él y yo. Dentro del agua. Abrazados. Mirándonos a los ojos. Esos ojos azules que me están volviendo loca. Mi corazón empieza a latir muy rápido. Estoy poniéndome muy nerviosa. Mónica me salpica agua en la cara y hace que me gire y la mire.
- ¡Guerra de agua! –grito.
Empezamos a salpicarnos agua y todos reímos. Después de jugar un poco, las chicas volvemos a las tumbonas a tomar el sol. Los chicos se quedan en el agua. Le ayudo a ponerse crema en la espalda y nos tumbamos.
- ¿Qué sientes por Pablo? –yo la miro con los ojos muy abiertos.
- No es el lugar –le susurro.
- Vamos, están en el agua, no se van a enterar de nuestra conversación –me sonríe.
- Es mi amigo –me encojo de hombros.
- Él no te mira como amigo y lo sabes. No me creo que seas tan tonta como para no verlo –se sienta y yo la imito –Está loco por ti.
- Imaginas cosas. Somos buenos amigos. Sólo eso.
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Amigos
RomanceLLevo 5 años con mi novio. Nuestra relación es perfecta. Hemos acordado irnos a vivir juntos cuando terminemos nuestras carreras. Pero todo está empezando a ir mal. Tengo 5 días de retraso. ¿Estaré embarazada? ¿Debería contárselo a Roberto?