𝑪. 20

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❛◌*̥₊
𝒞AP. 2O
𝐑𝐔𝐄𝐃𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐀
𝐅𝐎𝐑𝐓𝐔𝐍𝐀

(CAPÍTULO
LARGO)


"Iremos a comer, y luego te invitaré a un parque de diversiones. Solo tú, y yo, a las 5:30pm, ¿entendido?" — Esas fueron las palabras de Tom antes de salir junto a el, y antes de encontrarnos en un McDonalds, junto a los chicos, alimentándolos como sí fuéramos padres de ellos. Se metieron sin estar invitados.

— Yo quería una cajita feliz, como la de Bill. — se quejó Gustav, tal como un niño pequeño, señalando a Bill.

Tom, quien estaba cabreado por cómo los chicos se metieron a nuestra salida, o mejor dicho, nuestra primera cita, le pegó un manotazo en la cabeza a el rubio a su lado.

— Ustedes no tienen porque estar aquí. — gruñó.

— Cierto. — habló Bill con la boca llena de un nugget de pollo. — Georg regálame papitas, porfa — le rogó a Georg.

— No, es mío. — alejó la cajita de papitas.

— ¡Yo lo pagué! — gritó Bill.

— No, ¡yo lo pague! — se quejó su hermano.

— ¿Y donde quedan los 0,50 centavos que aporte? — bufó.

— En mi c...

— Oigan, basta. — dije antes de que empezaran a pelear como estúpidos en un McDonalds, con un montón de paparazzis, seguramente, pendientes de sacar de contexto cualquier cosa que hagan.

—  Kristen, ¿a ti no te molesta esto? ¿Que estos entrometidos, estén aquí? — me cuestionó mi novio, enojado.

Abrí la boca para decir algo, pero la cerré de inmediato. Me fuese gustado que estuviésemos a solas, pero igualmente, no fuese sido muy romántico una cita en aquel lugar ruidoso. Se lo agradecía de igual forma, porque, cada detalle de su parte, de ahora en adelante, me parecía romántico, sin importar que fuese una cita en un autobús, o al el lado de un basurero, mientras fuese con el, me parecía la cosa más romántica. Yo apenas estaba procesando el hecho de que el y yo, éramos novios.

— No, a ella no le molesta, porque ella si nos quiere, ¿verdad, Kristy? — Gustav abrazo mis hombros.

— Yo solo le puedo decir "Kristy" a Kristy, pendejo. — dijo bill, lanzándole una servilleta a Gustav.

— Yo le digo "Kristy" a Kristy si se me da la gana. — le tiró un tenedor de plástico. Bill estaba apunto de tirarse encima de Gustav.

— Dios, ¿no pueden estar tranquilos al menos un momento? — separé a Bill de Gustav.

Bill miro mal a Gustav por última vez, y se concentró en comer.

— Se irán al hotel después de esto, no vendrán con nosotros. Ni se les ocurra.— exigió Tom, de brazos cruzados.

Los tres chicos abuchearon, y gritaron en forma de protesta. Yo sabía que irían igualmente, sin importar lo enojado que estuviese Tom.

No iba a decir nada al respecto, estaba algo estresada por el ruido a mi alrededor, más los chicos peleando, hasta que sentí como mi celular vibró, indicando que me había llegado un mensaje.

she's mine   ━━━ tom kaulitz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora