she's mine ━━━ tom kaulitz.

𝑪. 10

❛◌*̥₊
𝒞AP. 1O
𝐑𝐔𝐁𝐈𝐎𝐒

— Okay, ahora, dígame, ¿cómo carajos voy a salir del país, dejar mi instituto por demasiado tiempo, y todo sin que nadie se entere de que me fui? — dije, esperando una solución.

— Pues, escapa. — dijo Gustav con simpleza.

— Ufff, como si fuera tan fácil. Aparte, aún no soy mayor de edad, no creo que me dejen viajar sin un adulto responsable. — bufé, tirándome en el sillón.

— Yo soy un adulto responsable. — alardeó Tom, con aires de superioridad. Todos rieron.

— Si Tom tuviera un hijo, lo dejaría abandonado en el hospital. — Bromeó Georg.

— Estoy jodida. — dije frustrada.

— No — dijo Georg. — Por si no lo recuerdas, los demás también somos mayores de edad. — se acomodó en el sillón donde se encontraba. — De igual manera, yo soy el mayor, yo si puedo cuidarte. — sonrió con una pizca de egocentrismo.

Lo mire, y pase mi lengua por adentro de una de mis mejillas. Georg se comportaba como si no me fuese rechazado hace unos días, cosa que a mi, me dolió. Y si, soy rencorosa, lo siento. Ese momento fue uno de los mas vergonzosos de mi corta vida, de verdad.

Dejo de sonreír al ver mi mala actitud a hacia el.

— Solo me llevas tres años, no hay mucha diferencia. — gruñó Tom.

— Bueno, — intervino Bill. — De todas maneras tendrás que venir, tengas permiso o no, seamos responsables o no, y punto. — dijo y se cruzó de brazos.

— Esta bien. — bufé, sin otra opción más que acceder. — ¿A cuántos países iremos? ¿Cuando viajaremos? ¿Ya está todo listo? — pregunte rápidamente, empezando con la paranoia.

— Cálmate, Kristen. Todo esta listo y planificado por nuestro manager. — presumió Bill. — Y, viajaremos en una semana. Y también, viajaremos a dieciséis países. — dijo de lo más tranquilo, mientras a mi, ya me habían dado tres paros cardiacos en cuestión de segundos.

— Mierda. — susurre. — Mi madre me matará.

— No si antes escapas. — Dijo Gustav, volviendo a persistir con la misma idea.

Era cierto, podría escapar de los problemas, de mi madre, del instituto, dejar de estar encerrada en mi habitación las veinticuatro horas del día, y tomar una decisión arriesgada al menos una vez en mi vida.

¿Sería capaz de hacer tal cosa? ¿Mi impulsividad serviría para algo al fin?

— La gira durará cuatro meses... ¿No te parece una buena oportunidad para poder escapar de todo, y hacer lo que mas te gusta, Kris? — Pregunto Bill.

Asentí levemente, con los nervios de punta, con el estómago revuelto y una mezcla de emoción y adrenalina en mi cuerpo.

— Entonces, ¡ve haciendo tus maletas! — gritó Bill, emocionado, y los demás copiaron su acción, menos Tom, este se encontraba muy ocupado ¿mirándome?

Una leve sonrisa, casi no notable, decoraba sus labios. Sus ojos se movían rápidamente, escaneándome completamente. Su mirada tan penetrante, poco disimulada, hacía que un leve rubor apareciera en mis mejillas.