she's mine ━━━ tom kaulitz.

𝘊. 28

❛◌*̥₊
𝐂𝐀𝐏. 𝟐8
¿EMPEZAR DE NUEVO?

Horas antes.
Perspectiva de Tom.

El ambiente estaba tenso, todos estábamos nerviosos, y preocupados. Especialmente yo.

Ya no había música navideña, todo ahora era tétrico.

— Tom, no vayas a buscarla. Seguro solo quería ir a comprar algunas cosas...Quédate tranquilo. — Habló Bill, intentado tranquilizarme, sin ayudar mucho.

— ¿Comprar algunas cosas en la madrugada? — bufé. — Me tienes que estar jodiendo.

— Le pregunté si estaba bien antes de que se fuera, pero no respondió. ¿Ahora qué le hiciste a Kristen? — me preguntó Georg, con el ceño fruncido.

— ¡No le hice nada! Entre a la ducha, y al salir, desapareció, no estaba. — estaba entrando en desesperación. Y un solo pensamiento me aturdía. Que se había enterado, y de la peor forma. Sentía miedo. Sentía pavor a perderla. Y estaba casi seguro que se había ido por haber visto, y escuchando cosas que claramente la lastimaron, y yo estaba a punto de matarme. Sí, sí le había hecho algo.

Zombie me ladraba, mientras estaba en una esquina, sentado sobre sus dos patas, lloriqueando.

— Tom, sé que le hiciste algo. ¡Admítelo ya! — habló Gustav mirando desde la ventana como empezaba una tormenta de nieve, mientras le estaba escribiendo a Kristen por su celular desde hace minutos, desde que salí como desquiciado preguntando donde estaba. — Kris no se iría por cualquier cosa. — siguió texteando. Los mensajes ni siquiera le llegaban.

— No le hice nada. — me levante del sillón en el que estaba sentado. Me negaba a que se hubiera enterado de mi estupidez. No era posible. No, no lo era. — Voy a ir a buscarla. — me dirigí a la puerta, y tomé las llaves de mí auto.

— ¡Ni sabes dónde está! — gritó Bill, con una cara de preocupación casi igual a la mía. — Es mejor llamar a la policía, o...

¿Qué policía? Salí de la casa, y se cerré la puerta detrás mío. Camine hasta mi auto, lo encendí, y entre a él. No sabía a donde carajos iba a buscarla, solo quería encontrarla por arte de magia, o que apareciera de la nada.

Respiraba rápido, y negaba con la cabeza. No, Tom, ella no sabe. Ella no sabe que fuiste un verdadero idiota.

Esta bien. Respire, y fingí tranquilizarme. Esta bien, todo esta bien. La encontraría, le preguntaría por que se fue, y le contaría sobre la maldita apuesta. Le diría que yo la amo más que a nadie, y que esa apuesta, simplemente era pura mierda.

Sí, ella me escucharía, ella me creería, porque es la verdad, y estaremos bien. No más angustias. Estaríamos juntos para siempre, y nada romperá nuestra relación.

Baje la cabeza, y mire mis manos. Ya no me estaba funcionando pensar positivo, porque ahora estaba pensando en miles de formas para suicidarme sí perdía a Kristen.

Miré el anillo, y justo ahora, tenía la necesidad que lo completara para poder estar bien.

Empecé a manejar, mientras miraba a todos lados, con ingenuidad, pensando que iba a poder encontrarla por ahí caminando, y llevarla devuelta a casa junto a mí.