❛◌*̥₊
𝗘𝗽𝗶𝗹𝗼𝗴𝗼.— ¡Dale, Tom! ¡Factura, factura! — gritó Kristen, sentada en una mesita en la cafetería. Sin haber ordenado nada, obvio. Solo estaba animando a Tom desde hace horas. Mientras el repartía miles de cafés y postres, el volteaba a verla, y ella le alzaba su dedo pulgar, indicado que su trabajado era excelente, obviando las partes en que rompió tres tazas de porcelana.
Tom había cumplido con su palabra. Se ganó un trabajo como mesero, y cajero en una cafeteria cualquiera de Alemania. El trabajo parecía interminable, pero ahí estaba Kristen, echándole porras, y eso sin duda, mejoraba todo.
Su turno del día había terminado, y ahora estaba cobrando el dinero que le tocaba, por su tan buen trabajo (no muy bueno, pero Kristen dice que sí). Estaba emocionado, y estaba sonriendo más que nunca. Ya podía ver la casa de tres pisos frente a sus ojos, junto a Zombie y a los hijos que Kristen ya se había decidido de no tener nunca, pero Tom sabía que iba a convencerla.
Salieron juntos del local, dando saltos mientras Tom contaba el dinero en sus manos. Los contaba rápidamente.
—Uno, dooos...— se suponía que Tom contaba los billetes, pero estaba haciendo cualquier cosa. — ¿Por cuántos iba? — se rindió.
— Vas por el dos. — Kristen rodó los ojos, riendo. — Y los billetes están al revés. —Le arrebató los billetes, y los contó velozmente.
— ¿Qué? ¿Eres una máquina contadora de billetes? — se rió Tom, mirando con mucha atención a su novia, quien estaba atenta de que ningún billete se le escapara.
— ¿QUÉ CHUCHA? — gritó Kristen, casi desgarrándose la garganta, mirando los billetes con desprecio.
— ¡¿Somos millonarios?! — Tom salto de emoción, y tomó a Kristen, abrazándola y aplastándola emocionadamente. — ¡TE DIJE QUE LO IBA A LOGRAR!
— CINCO MÍSEROS DÓLARES, TOM, CINCO, NO CINCO MIL. — lloró Kristen en el pecho de Tom, a quien se le iba desapareciendo la emoción. Se le borro la sonrisa.
— Bueno, es mi primer día, igual. — intentó ser positivo, el más pesimista. —A ver, si me pagan cinco dólares por trabajar un día entero, entonces para ganar cien mil quinientos dólares, tendría que trabajar...— miro fijamente a un punto fijo, entrecerrando los ojos, y pujando como para que la idea saliera de alguna parte. — Échame una ayudita, pls.
— COMO DIEZ AÑOS— se separó de Tom de un tirón, y puso sus manos en su cabeza, preocupada, y apuntó de morir de la angustia. — NO PUEDE SER, ¡ESTARÍAS ESCLAVIZADO! — paso una mano por su cara.
Claro, esto sería mucho más fácil, si ellos no fuesen decidido intentar ser independientes, y generar su dinero por su cuenta. Ahora están así, Tom teniendo que trabajar mínimo diez años en una caótica cafetería, ganando cinco dólares por día, con una meta de cien mil quinientos dólares. Sin duda, se nota que Kristen dio la idea.
— Todo sea por dejar de vivir por tres monos con síndrome de down, para poder vivir contigo. — ladeó una sonrisa coqueta, y se acercó a el rostro de Kristen, apunto de dejar un pequeño y corto beso en sus labios fruncidos por el estrés que estaba teniendo.
— Te pasaste. — se rió, y tan solo un segundo antes de que Tom la besara, ella lo apartó. — No puedes... — susurró entre dientes, mirando exasperada a los lados.
ESTÁS LEYENDO
she's mine ━━━ tom kaulitz.
Fanfiction𝐄𝐍𝐀𝐌𝐎𝐑𝐀𝐑𝐒𝐄 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐔𝐍𝐃𝐀𝐌𝐄𝐍𝐓𝐄 de alguien que juraste nunca amar, suele ser algo difícil de aceptar; al igual que enterarse que fuiste una horrenda apuesta. ❪ a tom kaulitz fanfiction ❫ © d4mmdraco, 2023