Trouble Maker!

44 4 0
                                    

Pasé toda la tarde con Max, de verdad que lo extrañaba, es maravilloso estar junto a él de nuevo. Hace tiempo no hablaba con alguien en quien confiara con toda mi alma, Max era la mejor persona que había podido conocer en este mundo, él me ha enseñado que no todos los hombres son unos inútiles o solo un juego. Era como un hermano para mí, siempre me apoyaba y me daba esos abrazos cálidos cuando eran realmente necesarios, sus besos en la frente me hacían sentir realmente segura. Él es el único que conoce toda mi historia, el único que no me ha juzgado, el único que me ha apoyado en todas mis locuras cuando estábamos en el mismo colegio. Mientras caminábamos en el parque unos chicos muy apuestos se nos acercaron y vaya, sentía que estaba babeando.

-¡Hey! Miren a quien tenemos aquí.- dijo el más alto.

-Es Max. ¿Oye viejo, qué pasó con tus amigos?

-No los necesito siempre.- dijo Max fastidiado.

-¿Max quienes son ellos?- pregunto mirando seriamente a los chicos aunque la verdad me sentía algo intimidada.

-No son nadie importante.- trato de irse conmigo pero nos detuvieron y nos separaron.

-¿Ya se iban?- uno de los chicos lo tomó por la camisa.

-Michael, no hagas esto.

-¿No quieres que tu novia te vea como un perdedor?- este chico podía ser sexy pero me estaba hartando.

-¡Ya déjalo en paz!- dije tratando de zafarme del otro chico.

-Miren, la novia es agresiva. – dice con burla.

-Alex, no los hagas enfadar. – casi me suplica Max.

-¿Por qué? A caso son mafiosos y hay que tenerles miedo.- dije retadora.

-¿Te molesta si le hago algo a tu novia? Ooo... Es verdad, no me interesa tu opinión.- Michael soltó a Max y me tomó a mí, un chico grandote aguanto a Max.

-No sé quién eres pero eres un pesado.- dije mirándolo mal. – te arrepentirás por esto.

-Nena, todas me aman por eso.

-Quítame de esa lista. – ruedo los ojos.

-¿Segura?- dijo coqueto y rozando sus labios con los míos.

-¿Quieres que cambie de opinión? – lo miro con una ceja alzada retadora.

-Tal vez... – me sonríe como engreído.

-Trata de convencerme.- sonrío de medio lado.

-Mmm... Max tu novia es una zorrita.- luego de decir eso me beso, subí mis manos hasta el cuello de su camisa para después morderle el labio bien duro y patear su entrepierna.

-Esta zorrita te dará una lección. - una vez estuvo tirado en el suelo lo patee. Max aprovechó y se libró del grandote, de la nada salió una chica rubia y me brinco encima. Estuvimos peleando varios minutos hasta que unos policías llegaron.

-¡Eres una zorra!, vi como besabas a mi novio... – chilló.

-Cariño, debes abrir tus ojos, él se me lanzo y yo lo dejé, para luego tal vez dejarlo sin futuro día del padre.

Mientras seguíamos peleando se escuchó una patrulla y como unas manos nos trataban de separar, genial, acababa de llegar a este lugar y ya estaría en la cárcel por unos idiotas. Algo me decía que Max y yo tendríamos que explicar mucho y tendríamos muchos meses de castigo. Si su madre se entera que he vuelto a la vida de su hijo lo más seguro infarta y se lo lleva de este continente, recuerdo que una vez me negó la entrada a su casa por meter a Max en un problema, por suerte su madre no estaba aquí solo su tío así que esperaba que él no le diera mi nombre a su madre. Después de que lograron separarnos nos llevaron a la estación de policía, los cinco en dos celdas separadas, los policías comenzaron con su interrogatorio de rutina y yo ya estaba cansada.

Cambiar yo? Never!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora