Más regaños

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-Sí, gatita.- sonríe y vuelve a besarme.

-No puedo querido... -sonrío tiernamente.- podrías llevarme por favor?- lo miro a los ojos.

-Vamos cariño.- caminamos hasta el auto.

Estuve todo el camino en silencio, miraba los árboles y las personas caminar. Me dí cuenta del pequeño tráfico pesado que había gracias a un bloqueo. Nuestra suerte fue tanta que nos tocó parar.

-Licencia y documentos del auto.- veo como Harry le da lo que le pide. El policía verifica el auto hasta que llega a mirarnos.- no se supone que estén en la escuela?

-Verá Sr. Parker, es que teníamos una tarea y la fuimos a hacer.

-Y no podían esperar a la salida?- me mira.- joven Parker, no se porqué no me sorprende verla.

-A mi tampoco me sorprende- me cruzo de brazos. - metiche.- susurro.

-Llevenlos a comisaría.- le dijo a otro.

-Pero por qué?- pregunta Harry.

-Porque están cortando clases y sus padres lo más seguro no saben.

Gruño por lo bajo y me quedo en mi asiento. Seguimos a una patrulla hasta la comisaría y llamaron a nuestros padres. A Harry lo sacaron rápido, no había pasado ni media hora pero después de dos horas llego mi madre.

-Otra vez?- gruñó.- qué hiciste esta vez?- suspira. Yo me levanto de donde estaba.

-No hice nada malo, solo sacame de aquí.

-No señorita. Ahora se quedará aquí, no se que más hacer contigo.

-No es justo! Estas loca! No puedes dejarme aquí así.

-Sí puedo porque soy tu madre.

-ojalá no lo fueras!- me volteo y me cruzo de brazos.

No escucho más respuesta, solo la puerta cerrarse y a el Sr. Parker interrumpir el silencio.

-Eso estuvo mal señorita.

-No me interesa... estoy cansada del mundo, no me importa nada.- me volteo y lo miro.- es más me puede dejar aquí por la eternidad, porque no pienso cambiar.- lo miro con odio.- ya vallase.

-Para tu desgracia, estoy de turno.- me sonríe.- así que hablemos.

-No quiero habla...- gruño y me siento en la banca, mirando al suelo.

-Pero yo si- escucho su suspiro.- se que comenzamos con el pie izquierdo pero... ya que dices que te veré seguido por aquí... deberíamos llevar la paz.

-No quiero... por su culpa es que siempre estoy aquí! Maldigo a los Parker. Desde mi padre hasta usted!- lo miro mal.

-No digas esas cosas feas.

-Y lo dice el padre de una zorra?- tiro con veneno.

-Cuidado... no he dicho nada malo de tus hermanos o familia.

-No me interesa.- luego de eso cerré mis ojos e ignore al mundo.

Después de veinticuatro horas me dejaron salir y llegué a casa para darme un baño. Ese lugar apestaba y no quería enfermar por lo sucio que estaba.

Al parecer todos estaban fuera de la casa. Entre a la cocina y me preparé algo rápido ya que moría de hambre. Al terminar salí de la casa directo a la escuela, iba super tarde, pero me daba igual. Ir a la escuela es mejor que quedarse en casa todo el día.

Al llegar a la escuela todos estaban en almuerzo y me miraron. Los ignore y seguí caminando, entré a uno de los salones para estar tranquila, pero de la nada, un estruendoso ruido se escuchó en todo el salón y al mirar encuentro a un Logan echo furia.

-Qué demonios te pasa?- digo cabreada ya que me había asustado.

-Te dije que no te acercaras a ese imbécil!- estaba alterado. Veo a Ken entrar pero antes de poder preguntar, una bofetada llegó a mi mejilla. Ken sostuvo a Logan.

-Maldición!- grite enfadada.- Qué te pasa idiota?

-Alex es grabe lo que está pasando...- escucho a Ken que forcejea con Logan para que se quede quieto.

-No entiendo.- mi mejilla ardía.  Quería golpear a Logan per Ken estaba en el medio.

-El idiota de Harry anda diciendo que dormiste con él.- los miro estupefacta.

-Lo mato... es que lo mato! - salgo echa furia.

-Alex!- siento que me siguen.- Qué harás? - entramos al comedor.- Alex!- Ken me toma el brazo.

-Le daré una lección. - susurro y escucho a unas chicas hablar.

-No entiendo como pudo tener sexos con esa.- hacen muecas. Con más decisión me dirijo a la mesa de Harry.

-Queridos compañeros- sonrío y todos me miran. Veo a Violeta que me asesinaba con la mirada.

-Esa es la zorita? - Harry sonríe.

-Sí, al parecer quiere más.- sonrío suave.

-Compañeros... les informaré que Ken me ha retado y... he ganado cariño... te dije que en cuanto saliera con Harry, él mismo le diría a todos que tuvimos algo. Gané la apuesta. - río fuerte esta vez.

La cara de todos era un poema, nadie se lo creía y yo me sentía la reina del mundo. Comencé a bailar interiormente muerta de risa y la cara de Harry era para fotografiarla. Al parecer leyeron mi mente porque le tiraron una foto.

-Adiós cariño- río y me voy con Ken. Al salir de la cafetería caminamos sin rumbo.

-Estuviste genial!- ríe y lo miro mal.

-Ya dejame en paz.- camino hasta el salón donde me tocaba y me quedo mirando la nada hasta que llega el profesor.

Tomé las últimas clases y camino a casa. Negué todo transporte, prefería caminar, necesitaba hacerlo. El mundo me apestaba. Al llegar a casa veo a Katherine, sentada en el sofá con los pies cruzados como indio.

Subo las escaleras para ir a mi habitación y dormir como si no hubiera un mañana. Estaba cansada y mi cabeza un lio. ¿Ahora que pensarán los de la escuela? Primero Max y ahora Harry. Pataleo por la furia, me sentía inútil. Escuché la puerta sonar y refufuñé porque no quería levantarme.

-Alex...

-Largate Ken... no quiero hablarles.- me escondo en las sabanas.

-No seas así... dejame entrar enana.

-No soy enana idiota! Largate y dejame!- grito y pongo mi almohada en mi rostro.

-Volveré luego- escucho sus pasos alejarse y me quedé dormida. Me desperté al escuchar un fuerte sonido.

-Baja a cenar ahora.

-No quiero- me quejé.

-Alexandra...- odio que me llame así.

-No me llames así.

-Así te llamas señorita y mueva su trasero al comedor. Tenemos que hablar seriamente.

-No quiero, largate.

-No me hablaras así. Soy tu madre!- me desperté y gruño.

Cambiar yo? Never!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora