Capítulo 9

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Bien, si en este momento de mi vida tenía dos problemas por resolver, ahora solo me quedaba uno, ya que el primero era mi relación y lo que quería con Yamaguchi, lo cual se resolvió hace unos días cuando dejamos en claro que estábamos saliendo. Digamos que ese era el problema fácil, ahora venía el verdadero jefe final: mi familia.
Si bien vengo hablando de lo mucho que me han hecho daño con su presión, nunca he hecho algo por intentar que se detenga, ¿Por qué? Bueno, me da miedo, pero todo miedo debe ser superado, y aquí estoy yo para comprobarlo por el bien de la ciencia, y de mi salud mental.
Ya que mi mente reposó los últimos días, tuve la oportunidad perfecta para crear un plan en el cual podría resolver esto sin tener que meter mucho la mano en el fuego. Y la primer parte del plan estaba más o menos cumplida, lo cual era notable, porque esa primera parte consistía en llegar a ser manager para que bajara un poco el peso que tenían sobre mí, y supongo que lo logré, porque se notaba que ya me no ponían la misma atención que antes, digo, me seguían preguntando pero simplemente por saber cómo iba, no para continuar presionandome. La verdad, es que no pensé que me divertiriá tanto siendo manager, pero estando con Yamaguchi, Tsukishima y los demás chicos empecé a disfrutar de esa experiencia. Volviendo al plan, ahora lo que me quedaba era decirles lo que sentí por todos esos largos años, planeaba hacerlo esa misma noche porque tal vez no tendría otra oportunidad, todo iba bien, mis padres no tenían problemas en su trabajo y el ambiente en la casa era valorablemente sano, así que tenía que hacerlo antes de que algo sucediera y se me pasara el tiempo.

¿Estaba nerviosa? Sí, pero si no ¿Cuándo pararía esto? Ya resolví muchas cosas en la vida que me ha tocado, esto era lo único que me faltaba para empezar a vivir realmente.

Así que, ya decidida, me dispuse a hacer todo un guión con las cosas que quería decirle a mis padres, no tenía que memorizarlo, sólo tener más claro lo que me atrevería a decir, a veces escribir lo que sientes te hace entenderte un poco más, por lo menos a mi me funciona.

Vaya, terminé mi guión y también de prepararme justo a la hora de la cena. Aunque en mi cabeza seguía algo aterrorizada, ya no había vuelta atras, claro, podría hacerme para atrás pero ya bastaba de eso.

Baje al comedor y traté de poner mi mejor cara para no parecer tan sospechosa, pero son mis padres, seguro ya se habían dado cuenta, aun así no me preguntaron nada raro durante la cena, y al terminar, luego de dejar mis trastes en el lavaplatos, me volví a sentar en la mesa haciendo que ellos me prestaran atención.

- Papá, mamá, necesito hablar con ustedes.- A este punto ya se me salía el corazón del pecho sin siquiera haber empezado lo fuerte.

- Claro ____ ¿De qué nos quisieras hablar?- Habló mi padre. Así siendo sincera, ya me estaba arrepintiendo, pero fue mi decisión así que ahora tenía que aceptar estas consecuencias. Y por fin me dispuse a hablar desde el fondo de mi corazón.

- Lo que les voy a contar es algo que llevo guardando por mucho tiempo, años, y no es algo fácil de decir para mí.- Dí un largo suspiro y me solté por completo.- Durante toda mi vida, por parte de mi familia, he vivido con los comentarios de todos sobre que yo sea una deportista de vóleibol, supongo que nadie piensa en lo que una opinión puede dañar a alguien, la presión que me ponían encima de verdad me afectaba.- De un momento a otro comencé a soltar lágrimas.- Para tratar de calmar todo esto los convencí sobre convertirme en la manager del equipo masculino de la nueva preparatoria a la que iría ya que me interesaba más la parte teórica del deporte. Me agradó que les pareciera bien, y la verdad me la he pasado muy bien en ese club de vóleibol, pero no puedo quedarme callada por todo lo que he sufrido en estos años, tenía que decirlo, para soltar ese sentimiento.

Luego de terminar mi gran discurso, se presenciaron unos segundos de silencio en los que lo que se podía llegar a escuchar eran solo mis sollozos. Mis padres me observaban boquiabiertos, pude observar cómo en los ojos de mi madre se formaban lágrimas, y salió ella para terminar el silencio.

- ¿En serio? ¿Todo este tiempo te has sentido así ____?- Solo pude contestarle afirmando con la cabeza.- No puede ser, ____, lo siento tanto de verdad, deberías habernoslo hecho saber. Lamento que hayas tenido que vivir así, te prometo que como madre era lo último que quería hacerte sentir.- Mi madre se levantó y se acercó a mi para abrazarme. No podía creer lo que estaba pasando, ¿Una disculpa? De verdad, ¿Se había compadecido de mi? Eso era lo único que quería, y de verdad se había cumplido mi deseo, o tan siquiera de mi madre, porque mi padre solo observaba la mesa en la que nos encontrabamos. De repente, también se levantó de la mesa para copiar el acto anterior de mi madre.

- Lo lamento, te juro que dejaré de hacer todo lo que te moleste, solo ten la confianza para decírmelo.- Mi padre nunca fue una persona de muchas palabras, pero cuando hablaba, realmente era para que lo escucharan, eso sí que hizo tocar mi corazón.

Luego de un poco más de charla concluimos en que tendría la confianza para contarles lo que sea, así mis padres podrían hacerse cargo y ayudarme en todo lo posible.

Cuando volví a mi cuarto, volví a llorar, pero esta vez eran lágrimas de alivio. Al fin, al fin había podido liberarme de todo, estaba segura de que en el futuro me encontraría con más problemas pero esto si que me tranquilizaba.

No lo había mencionado, pero parte de la valentía para hablar me la dio Yamaguchi, le comenté de mi situación en un de las citas que habíamos estado teniendo y me dijo que era mejor hablarlo para resolver la situación, que era lo que Tsukishima le dijo cuando se preguntaba qué hacer conmigo y cuando lo hizo, funcionó. Y tenía la razón, si él pudo, yo también, claro que en su caso era algo más pequeño pero sí que tenía que tener la valentía. Asi que al primero que quería contarle era a él.

Otra Oportunidad  || Yamaguchi x ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora