━━━ Selena y Leandro se conocieron gracias a un amigo en común de ambos, pero, ¿quién diría que gracias a eso se volverían una de las parejas más queridas de Argentina?
Selena se volvería una parte fundamental en la vida de los Paredes, tanto que lo...
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Julio 2019
—Es todo por hoy. Nos vemos la semana que viene, Thiago —Selena le sonrió a Thiago Almada, y lo acompañó hasta la puerta de la oficina.
Una vez el chico de tan solo 18 años se fue, volvió a sentarse en su silla del escritorio y soltó un suspiro mientras llenaba un cuaderno que contenía los perfiles de los jugadores, a la vez que tomaba unos mates. Por suerte, él había sido el último jugador que debía atender en el día.
Trabajaba en el club Veléz Sarfield de lo que estudió, se recibió y de lo que tanto ama; psicología. Su idea era trabajar en River, el club del que es hincha desde que tiene memoria, pero el club de Liniers se había quedado sin psicólogo y aprovechó la oportunidad, y tuvo la suerte de quedarse con el puesto.
No se quejaba, la gente de ahí la trataba bien, aún sabiendo de quien es familiar, y tenía buena paga. Gracias a eso pudo independizarse.
El celular sonando hizo que detuviera lo que hacía para mirarlo, frunciendo el ceño al leer el nombre de su buen amigo y de la persona de la que llevaba enamorada desde hace meses,Leandro, en la pantalla. Lo agarró al toque, con leve confusión, y atendió.
—¡Hola, Lean! —saludó con su buena energía y alegría de todos los días.
Si le preguntan a cualquier persona que conozca a Selena el porqué siempre está de buen humor y sonriendo, responderían: "Ella dice que la vida es una sola y que hay que disfrutarla, entonces no tenemos porque amargarnos".
Igualmente, Lena también tiene sus días malos, pero siempre ponía su mejor sonrisa para afrontarlos.
—Le-Lena... —el susurro entrecortado de Leandro hizo que se preocupara al instante.
—Hey, ¿qué pasó? ¿Estás bien? ¿Los peques están bien? —preguntó rápidamente mientras se levantaba de su asiento y guardaba las cosas en su cartera para irse.
—T-te necesi-sito. ¿P-podesv-venir?
—En treinta estoy allá. Intenta tranquilizarte, ¿sí? Podes asustar a los peques y podes tener un ataque de ansiedad.
Después de recibir una respuesta afirmativa entre hipidos, colgó y se apresuró en salir del campus para tomar un taxi. Una vez consiguió uno, le dio al chófer la dirección del edificio donde vivía el mediocampista en San Justo.
Agradecía que su horario de trabajo ya haya terminado, porque podría llegar a tener problemas por irse de esa forma y sin dar explicaciones.
