*•.¸♡ Un Cambio ¿Justo? ♡¸.•*

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Los dos príncipes, uno de Bosque Negro y la otra de Ordox, no se soportan uno al otro, no llevan ni una sola semana de estar juntos en el palacio y la convivencia es imposible.

— ¡Suficiente! ¡Estoy harto de ti! —Exclamó Thranduil.

— ¡Y yo de ti! —Exclamó la princesa Ceilïn.

—Calma, calma, esto se puede arreglar. —Dijo el rey Oropher.

—No ada, esto no tiene ni una pizca de remedio, yo esa mimada no la quiero como reina, sino echará a perder todo aquí.

— ¡Y yo no quiero a un egocéntrico, orgulloso y altanero como tú! —Exclamó Ceilïn.

— ¡Ceilïn! —Exclamó el rey Otto del reino de Ordox.

La riña de los príncipes estaba siendo escuchada por todo el palacio y sin exagerar, hasta los soldados que están de turno también logran escucharlos.

Todos en el palacio han tenido que aguantar una semana entera de grandes riñas y discuciones sin fin de los príncipes.

Los soldados han sido pacientes al escuchar como se quejaba el príncipe Thranduil de la princesa y las doncellas al escuchar las quejas de la princesa Ceilïn de Ordox.

Un precioso alce blanco se mostró frente a los soldados que custodian la puerta a la entrada del palacio, pronto una escolta de elfos de Ordox cubren la retaguardia del alce.

— ¿Quién es usted? —Preguntó el soldado del Bosque Negro.

—Creo que no hace falta las presentaciones, con el emblema de Ordox. —Respondió la elfina que montaba el alce blanco.

Sus poderosos ojos azul platinado dejó sin habla a los soldados del Bosque Negro, pues deben de admitir que nunca habían visto tremenda belleza en unos simples ojos.

Sin muchos redondeos, le permitieron el paso, ella bajo de su alce con ayuda de su general y camino rumbo al palacio, su escolta iba tras ella.

— ¡Pues que mi hermana puede ser la moneda de cambio! ¡Porque yo no pienso serlo! —Exclamó Ceilïn.

— ¡Ceilïn! —Exclamó Otto.— Está vez te haz pasado, jovencita.

— ¡¿Y qué?! Mi hermana nunca se queja de nada, nunca te da problemas, en cambio yo…

—Entonces, acepto ser la moneda de cambio.

La familia de Ordox, calló inmediatamente y el rey Otto volteo con un semblante demasiado serio como sorprendido.

—Ashira. —Le llamó Otto.— ¿No me digas que viniste hasta aquí sola sin escolta?

La joven elfina señaló a su espalda y justo iba entrando la escolta de la princesa, los soldados de Ordox reverencian a la realeza y Ashira, la princesa de Ordox llega hasta al área donde se encuentran reunidos en la sala del trono.

—Perdóname hermana, no era mi intención decir eso. —Se disculpó Ceilïn de inmediato.

— "De la abundancia del corazón, habla la boca..." —Le recito su hermana.— Quédate tranquila, yo seré la moneda de cambio para que conserves tu libertad, pero solamente si el rey y príncipe del Bosque Negro están de acuerdo.

Mi Bella Gema Blanca (Libro 1) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora