𝑊𝐸𝑆𝑇 𝐶𝑂𝐴𝑆𝑇 - | Oᴜᴛᴇʀ ʙᴀɴᴋs |

- 𝑨𝑪𝑻 𝑶𝑵𝑬

Janelle se sentó en la mesa junto a su padre y frente a su madre.

Las comidas normalmente eran incómodas, y la mayoría terminaban o con Janelle peleando con su madre, o con Janelle llorando en su habitación o en casa de John B.

—¿Saldrás ésta noche?— cuestionó su madre sin mirarla.

Janelle rodó los ojos.

—No lo sé.

—Bien, porque si quieres salir con tus amiguitos, no podrás.

—¿No podré porque no quieres?— cuestionó Janelle molesta.

Siempre era molesto que su madre juzgara a sus amigos.

—No quiero, no puedes. Me ocasiona asco verte hablando con ellos.

Su padre la tomó del hombro antes de suspirar.

—Déjala, Molly— masculló.

—¿Sabes qué? Déjalo, no sé porqué siempre me siento a comer contigo si ya sé cómo termina esto— se levantó de la silla con molestia antes de besar la mejilla de su padre y salir de la casa para dar un fuerte portazo.

Caminó un poco para alejarse de la grande casa y después suspiró.

Colocó su mano derecha en el pecho cuando comenzó a sentir nuevamente un dolor fuerte, no le permitía respirar, le dolía.

—Creo que deberías llamar a un doctor— murmuró una voz masculina detrás de ella.

Sus ojos azules reflejaban preocupación mientras sus manos se encontraban guardadas en los bolsillos de sus costosos shorts.

Lucía atractivo, como siempre; aparte de los shorts, usaba una playera negra que se ajustaba perfectamente a su cuerpo, así que si, lucía demasiado bien.

Ella esperó un par de segundos para hablar, mientras podía respirar nuevamente y el dolor desaparecía.

—Creo que asustarme en estas circunstancias no es bueno— murmuró ella divertida.

Rafe se acercó a ella con una sonrisa divertida en su rostro.

Llevan saliendo casi un año, pero el último mes todo ha tomado un camino diferente, la relación se ha complicado mucho, Rafe no se siente bien pero no accede a adquirir ayuda de ella, la ha estado alejando, y ella está muy confundida por su comportamiento.

—¿Saldrás ésta noche?— cuestionó mientras colocaba delicadamente sus manos sobre la cintura de Janelle.

—No lo creo, no quiero regresar a casa en un buen rato— admitió ella.

Él sonrió ampliamente.

—¿No irás con tus amigos?— cuestionó incrédulo.

Siempre los veía, llevan muchísimo tiempo siendo amigos, así que Rafe tuvo que acostumbrarse, porque ella le pidió como primera condición, aceptarlos para estar con ella.

—Ven conmigo cariño, necesitas distraerte.

Ambos subieron al lindo barco de los Cameron, Rafe condujo hasta alejarse un poco de todos y entonces se quedaron ahí, ambos acostados observando el atardecer.

—Molly solía decirme que tenía que pasar los atardeceres con alguien que no se fuera en la noche o al día siguiente. Porque eso hacen las personas, se van— murmuró ella mientras sentía las suaves manos de Rafe peinando su cabello.

—Angeline...— se detuvo unos segundos al ver la mueca divertida que su novia hizo. —Yo no te dejaré.

—Rafe, ¿estás bien?