19

285 14 7
                                    

Amanecí en la casa de Nathaniel. Era demasiado grande para solo dos personas.

- Buenos días. - Dije girándome al ver a Nathaniel, quien apenas se despertaba.

- Buenos días, amor. - Se acerco a mi para besarme pero las puertas de la habitación abriéndose nos detuvieron.

Y ahí estaba, toda la familia de Nathaniel viéndonos casi desnudos en la cama.

-¡Ay! - Exclame al ver todas esas caras mirándome. Me tape fuerte con las sábanas.

- ¡Joder! - Dijo Nat parándose de golpe. -¡Fuera! - Añadió corriendo hacia la puerta para cerrarla.

Me moría de vergüenza. Quería desaparecer.

- No sabia que iban a venir. - Dijo Nathaniel parado enfrente mío mientras se rascaba la nuca.

- Que susto. ¿Mejor bajamos no? - Dije parándome.

- Si, te dare algo de ropa. - Dijo dándome un beso.

Y así fue. Nathaniel me presto una camiseta y un pantalón corto para que pudiera bajar a presentarme. ¿Que pensaran de mi? Vaya primera impresión.

- ¿Que hacéis aquí? - Fue lo primero que dijo Nat al bajar. Yo me escondía atrás de el. Estaba muerta de vergüenza.

Su madre se acercó a nosotros.

- Queríamos festejar el primer día de el año contigo pero vemos que no estabas solo. - Me mira detalladamente, de arriba a abajo. - Encanta de conocerte. - Hace un pausa, fue corta pero para mi duro una eternidad. - Soy Camille, supongo que Nathaniel no te a hablado mucho de mi. - Ríe. Aunque en vez de gracioso fue incomodo.

Todos estaban callados esperando a que yo hablara. Me quede en blanco. 

- Encanta de conoceros, me llamo Brianna. - Les intente dar mi mejor sonrisa. Parecía la corte de un Tribunal Supremo.

- Dinos Brianna, ¿Sales con Nathaniel? - Rio uno de sus hermanos.

- Si. - Dijo Nat antes de que yo pudiera contestar. - Y si no os importa, ya teníamos planes para hoy.

Dicho esto tomó mi brazo y me llevo lejos de ellos.

- No ha ido tan mal. - Rio Al verme pálida.

- ¿Tu crees? - Dije. - Estoy temblando.

- Son algo duros pero no son mala gente. Deja ir a buscar algo de ropa.

Y dicho esto se escabulló hacia la habitación de su hermana. Después de 15 minutos llego con un modelito para mi. Hoy hacía muchísimo frío. Me consiguió un total black con un blazer que me llegaba hasta mis tobillos. Decidí dejarme los tacones de la noche anterior.

-¿No crees que tu hermana me dirá algo? - Dije retocándome enfrente de el espejo.

- No, he hablado con ella y no tiene problema. Mila es lo más dulce de esta familia.

Salimos desayunar. Y a hacer un par de compras para mi, compras que decidí en pagar pero Nat se negó. Algo de ropa para tener allí. Aunque ahora que estaba su familia no pensaba en quedarme mucho tiempo. Aunque tampoco tenia muchas ganas de volver a mi piso, no quería ver a Adam, ni siquiera me había escrito después de lo de anoche.

Después de eso el padre de Nathaniel le llamo para que nos encontremos a la hora de comer. Fuimos a uno de los restaurantes más lujosos de Londres. Su familia grita old money. Toda la estética familiar.

Durante la comida me acribillaron a preguntas. Todos parecían bastante amables aunque muy formales. La única rara era la madre. Me miraba como si intentara descifrarme. Siento que me juzgaba en cada movimiento que yo hacía, cosa que me hacía poner más incómoda.

Parecía que ninguno estaba muy involucrado con el otro. Solo hablaban de trabajos y proyectos que iban a realizar. El padre de Nathaniel es un importante empresario. Sus hermanos y una de las hermanas también están en el negocio familiar. Mila es influencer y modista, a eso viene tanta ropa sin estrenar, Nathaniel modelo y la madre antes era una conocida arquitecta y diseñadora de interiores pero lo dejo para dedicarse a su familia.

Vaya familia de triunfadores.

- ¿Y tu a que te dedicas? - Dijo uno de sus hermanos. Todos me miraron.

- Yo trabajo en una cafetería. - Conteste. La madre de Nathaniel hizo una mueca que me desagradó bastante.

- Bueno, ahora Brianna también está iniciando en el mundo de el modelaje. Ya hizo su primer anuncio. - Dijo Nat acariciando mi brazo.

- Eso suena muy bien. - Añadió Mila intentando quitarle gravedad al asunto.

- Otra modelo rescatada. - Dijo su madre y siguió comiendo su ensalada.

¿Otra? ¿Es que Nathaniel ya había hecho esto antes con otras chicas?

Después de eso me sentí aun mas incómoda durante toda la comida. Menos mal que al terminar todos se fueron a hacer sus cosas.

Nathaniel y yo fuimos a dar un paseo por un parque de la ciudad.

- Siento mucho lo de esta comida. Cuando te conozca mas no te tratará así. Ella es muy dura. - Dijo Nat acariciando mi mejilla.

- ¿Porque dijo otra modelo rescatada? - No aguantaba más, necesitaba preguntárselo. - ¿Es que haces esto con todas las chicas que conoces?

Nathaniel solo comenzó a reírse ya que yo parecía muy preocupada.

- Oh no, para nada. Mi madre no lo decía por mi. - Dijo al terminar de reír.

Lo mire esperando algo más.

- Lo decía por mi hermano.

- ¿Por tu hermano? Me gustaría saber más.

Nos sentamos en un banco y me contó lo que había sucedido. Pues resulta que su hermano George salía con una chica muy diferente a él, mejor dicho, muy diferente a lo que esperaban de el. Gracias al apellido de la familia rápidamente esa mujer se hizo conocida, trabajando en modelaje y en varias cadenas de televisión, cuando ya estaba en lo más alto George se dio cuenta que ella le estaba engañando hacía más de un año con varios presentadores de tv. Cosa que le devastó pero Nathaniel dice que lo que mas le dolió fue el oír el "te lo dije" de su familia.

Vaya, parecen ser súper duros con todo. Como si no tuvieran sentimientos. Al menos Nathaniel no parece ser así. Como sea, su familia no me importa, solo quiero estar bien con el.

Seguimos paseando por el parque, estaba bastante vacío ya que era festivo e invierno. Nos sentamos en una blanco y me siguió contando cosas de su familia. Como que hacer para llevarme bien con ellos, aunque el insistía en que no hacía falta que cambiara nada de mi.

- Hace frío, ¿Vamos a casa? - Dijo acariciando mi muslo.

- ¿A tu casa? - Pregunte.

- Claro, ¿Prefieres ir a la tuya? - Se le veía cabizbajo. - Me gustaría que te quedarás conmigo.

Sonreí y acaricie delicadamente su rostro.

- ¿Tienes ganas de venir a la mía? - Dije agarrando su mano.

El asintió. Así que llamo a su madre para avisar que no iríamos y nos dirigimos a mi apartamento. Estaba rezando para que no nos encontráramos a Adam.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora