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Nathaniel se acercó justo cuando yo estaba hablando con una modelo italiana llamada Alessia, que había sido muy amable durante la fiesta. Estábamos riéndonos de algo trivial cuando sentí su presencia antes de verlo. Miré hacia arriba y allí estaba él, interrumpiendo con una sonrisa de disculpa.

- Perdón, Brianna. ¿Podemos hablar un momento?  -me dijo suavemente, inclinándose un poco hacia mí.

Mi primera reacción fue de resistencia. No quería ser grosera, pero tampoco estaba segura de si quería tener una conversación a solas con él. Sin embargo, la cortesía prevaleció. No podía evitar ser educada, sobre todo en un evento tan grande. Sonreí brevemente a Alessia, que se despidió con una pequeña inclinación de cabeza y siguió su camino.

- Está bien. - Respondí a Nathaniel, sin demasiado entusiasmo.

Nos movimos hacia el balcón, más alejado del bullicio de la fiesta. El aire nocturno de París era fresco, una agradable brisa que calmaba la agitación de mis pensamientos. Desde el balcón, la vista de la ciudad iluminada era simplemente hermosa. Por un momento, me permití disfrutarla, intentando centrarme en todo lo bueno que había pasado en estas últimas semanas, a pesar de la situación en la que me encontraba ahora.

Nathaniel se quedó en silencio unos segundos, mirando hacia la ciudad como yo, antes de hablar.

- Te extrañaba, Brianna. - comenzó, y sus palabras cayeron con el peso de algo que había estado guardando por mucho tiempo. - No he dejado de pensar en ti desde que terminamos. En lo que solíamos tener.

Suspiré, sabiendo que la conversación iba a tomar ese rumbo, aunque no quería revivirlo. Nathaniel era alguien que siempre había sido honesto conmigo, pero esa honestidad, a veces, se sentía demasiado intensa.

- Han pasado muchas cosas desde entonces. -respondí, tratando de mantener el tono neutral. - Ambos hemos seguido adelante, ¿no?

Él giró para mirarme con sus ojos  llenos de una nostalgia que conocía demasiado bien.

- Sí, claro, pero... - hizo una pausa, buscando las palabras correctas. - A veces me pregunto cómo sería si no hubiéramos roto. Quiero decir, mira esto. Aquí estamos, en París, modelando, viajando... esto sería nuestra vida si estuviéramos juntos. Lo pienso mucho, ¿sabes? Conquistando todo. Los dos.

La verdad de sus palabras me tocó. Sí, había soñado con una vida de glamour y éxito, y en muchos sentidos, la estaba viviendo. Pero también sabía que detrás de todo eso, la realidad era mucho más compleja. Nathaniel siempre había representado esa parte de mi vida que parecía perfecta en la superficie, pero que a veces ocultaba lo que realmente quería.

- Nathaniel...- comencé, eligiendo cuidadosamente mis palabras. - No puedo negar que tuvimos algo increíble. Pero también había cosas que no funcionaban. Y no sé si estar en esta vida de viajes y modelaje lo resolvería.

Él se apoyó en la barandilla, con las manos en los bolsillos, observándome en silencio por un momento.

- Lo sé. Tienes razón. - admitió en un tono suave. -Pero eso no cambia el hecho de que te extraño. Que pienso en lo que podríamos haber sido.

Su confesión me tomó por sorpresa. Sabía que aún quedaban sentimientos sin resolver entre nosotros, pero no me esperaba que fuera tan directo. Lo miré, sintiendo una mezcla de emociones. Nathaniel siempre había sido parte de un capítulo importante en mi vida, pero ahora, todo lo que quería era seguir adelante con Adam, con lo que estábamos construyendo, incluso si era más complicado.

- Nathaniel, te aprecio. - le dije, intentando ser sincera sin herirlo. - Siempre serás alguien importante para mí, pero ya no puedo pensar en 'lo que podría haber sido'. Estoy con Adam ahora, y estoy comprometida con eso.

Entre dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora