―¿Agarraste la pañalera?
―Agarré la pañalera.
―¿Y los biberones? Recuerda que los gemelos tienen...
―Sus favoritos, sí. Ya lo sé, papá. Todo está guardado y listo para subir al auto.
Ignoré el tono de fastidio de mi hijo mayor mientras hacía lo imposible para balancear a los gemelos en mis brazos a la vez que intentaba tomar las llaves del mostrador.
―Papá, mami dice que no podemos llevarnos a Sansa ni a Arya. ¿Por qué no podemos llevárnoslas si son vacaciones de familia?
Respiré profundo cuando Milena apareció ante mí con los brazos cruzados y el ceño fruncido... Y obstruyéndome el paso para tomar las llaves.
―Louis, los niños ya caminan. Puedes dejarlos en el suelo. No entiendo por qué te complicas tanto.
―Porque sé que apenas escuchen las llaves del auto, comenzarán a llorar para que los cargue.
Mis gemelos pelirrojos escogieron ese momento para reírse y jalarme el cabello y meterme un dedo en la nariz.
―Eso solo pasa contigo, papá ―suspiró Aiden, pasando por mi lado y tomando las llaves a la vez que acomodaba a Jake, nuestro hijo menor, entre sus brazos―. Vamos, Mile. Debemos dejar a las perras con la niñera antes de ir al aeropuerto.
―¡Pero no es justo! ―se quejó la niña de cuatro años, aunque igual fue detrás de su hermano mayor quien se dirigía a la cochera― ¡Ellas son parte de la familia!
―Ven, mi amor. Ven con mamá.
Sentí una mezcla de alivio y celos cuando Eva tomó a uno de los gemelos de mis brazos y este se abrazó a ella con fuerzas.
Yo quería abrazar a mi mujer y no soltarla al menos por un mes.
Ese era más o menos el tiempo que tenía sin hacerlo.
Bueno, no abrazarla en específico. Eso lo hacía siempre que podía.
Quería follarla.
Casi cuatro semanas sin estar dentro de mi esposa era demasiado.
Al igual que tener que cuidar a 4 niños enfermos en casa que al final terminaron contagiándonos.
Estuvimos a punto de cancelar las vacaciones―las primeras desde que comenzara la pandemia―pero afortunadamente, los últimos exámenes salieron negativos y ahora nos encontrábamos a nada de pasar dos semanas navegando por el caribe con nuestros amigos bebiendo y disfrutando sin preocupaciones.
Y por fin podría disfrutar de mi mujer.
―No puedo creer que vamos a ir por esto.
Sonreí con alegría cuando dos de las razones de mis vacaciones sin preocupaciones aparecieron ante mí luciendo caras rabiosas.
—Ah, mira Liam. Tus niñeros ya llegaron.
El niño en mis brazos se zafó de mi agarre y corrió en dirección a mi sobrina Alice y su novio James. Y Adam, que se encontraba muy cómodo en los brazos de su madre, al ver lo que hacía su hermano gemelo, lo imitó.
―Te pregunté si querías ir a un crucero y que me podrías pagar cuidando a mis hijos y me dijiste que sí.
―Te dije que sí porque pensé que los cuidaría en tierra firme. Después del crucero ―gruñó Alice, aunque igual abrazó el pequeño cuerpo de mi hijo hacia ella―. Nunca pensé que iría al condenado crucero a hacer de niñera para que tú y tu esposa puedan tener la luna de miel que nunca tuvieron.
―Creo que ya deberías saber que con Louis nada es tan simple como él lo hace ver, Alice.
―Te odio ―escupió la chica en mi dirección cuando Eva se apoyó en mi costado y posó la cabeza en mi hombro―. A los dos los odio. Vamos, James. Aseguremos a los niños en sus puestos.
―¡Esa es la actitud! ―grité a sus espaldas cuando la pareja se encaminó a la cochera con los gemelos y me giré hacia mi mujer― Rápido. Tenemos unos cinco minutos antes de que alguien venga por nosotros llorando o quejándose por algo.
―¿De qué hablas? ―rio Eva cuando intenté guiarla hacia el baño más cercano― ¡Louis! Detente, ¿qué haces?
―Me estoy muriendo, nena ―me quejé llevando una de sus manos a mi entrepierna―. Mira como estoy, Eva. No puedo caminar bien.
―¡Estás loco! ―exclamó ella apartando su mano, no sin antes darme un pequeño apretón que me dejó mirando miles de estrellas― Pero mantén la actitud, mi amor. En pocas horas tendremos una habitación para nosotros solos sin niños interrumpiéndonos cada dos segundos.
Me estremecí con placer ante esa idea, atrayendo a mi esposa hacia mí al enredar mis dedos en su hermoso cabello para darle un largo y húmedo beso, dejándole saber lo mucho que me gustaban sus palabras.
―Te voy a follar tan duro y tan seguido, que no vamos a salir de la habitación en la primera semana―gruñí contra sus labios.
―Ugh. ¿Otra vez besándose? ¡Vamos a llegar tarde por culpa de ustedes otra vez!
―¿En qué momento se volvió tan insolente tu hija? ―pregunté, una vez Milena se dio la espalda y volvió a desaparecer en dirección a la cochera.
―Tu hija es así gracias a ti, nene.
Resoplé con frustración cuando Eva dejó un suave beso en mis labios antes de tomarme de la mano y dirigirnos a la cochera. Pero me sorprendió cuando se detuvo de golpe y se giró hacia mí para mirarme con detenimiento.
—Te prometo que estoy bien, nena —insistí, sabiendo a qué se debía la mirada que me dirigía.
—¿Me lo prometes? ¿De verdad inventaste todo este viaje porque nos merecemos vacaciones, o porque necesitas…?
—Estoy bien, Eva —la interrumpí, inclinándome para besarla una vez más—. Te prometo que lo hago por las razones correctas, nena.
—Es que casi no hablas de lo que pasó, Louis. Me preocupas mucho, nene. No eres de las personas que se callan las cosas.
—Lo sé, pero justo hago esto porque necesito liberar mi mente de lo que pasó. Te prometo que si lo necesito, hablaré contigo.
Mi respuesta pareció conformarle, porque luego de unos largos y tortuosos segundos, Eva se giró de nuevo luego de asentir y encaminarse hacia la cochera.
Yo estaba bien.
Realmente me sentía así.
Sólo necesitaba de un tiempo a solas con mi esposa para estar excelente.
Y en unas pocas horas más podría disfrutar de mi mujer por completoSi... Este viaje sería increíble en todos los sentidos.Honestamente? Amo poder darles vida una vez más a mis chicos favoritos. Se sintió tan normal volver a retomar a Louis, Helena y a Abbie 😍 con los otros sí me costó un poco, pero lo he ido logrando.
Espero que les guste,
Saludos, Vitto.
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Hombres De Manhattan, Un Crucero De Locura
RomanceHan pasado dos años desde que la pandemia llegó, y los amigos finalmente se reúnen para tener una despedida de solteros en altamar a la vez que se presentan problemas sin resolver entre las parejas. ¿Será una buena idea pasar catorce días navegando...