-Y yo le dije que ya llevábamos suficientes protectores solares como para un año de playa, pero él no me escuchó. Simplemente compró dos más porque nunca sería suficiente con la piel tan blanca de Matteo. Ahora llevamos un bolso de mano con más de seis kilos de protector solar infantil. Espero que con la llegada de Sarah, Chris se relaje un poco.
-Buena suerte con eso -contestó Abbie a la diarrea verbal de Helena-. Alex nunca pierde de vista a los niños. ¿Tienes idea de la cantidad de llamadas que recibo al día para contarme sobre las maravillas que Luke y Halley hicieron? Mi teléfono está lleno de esos momentos. ¿Cómo se puede trabajar así?
Luego de un problema que hubo en la guardería del edificio donde Milena, la hija de Louis, había sido atacada por un gato, Abbie había decidido que quería trabajar con niños, así que había comenzado a estudiar educación y así hacerse cargo de la guardería.
No sé cómo le hizo para estudiar en pandemia con dos niños y un esposo que no se le despegaban por nada del mundo, pero Abbie ya casi se graduaba a la vez que hacía sus prácticas en la guardería.
Yo no sabría por dónde comenzar de estar en su situación. Creo que habría preferido que me devolvieran a mi isla si me daban a escoger.
-¿Crees que Chris notará si falta uno de esa maleta? -preguntó Sofía girándose en su tumbona para hablar con Helena- ¿Puedes creer que a Fred se le quedó el bolso de James? Tuvimos que comprar todo aquí, pero no me convence mucho el protector que conseguimos a bordo. Y en las Islas Caimán no encontré uno con factor de cincuenta. ¿Puedes creerlo?
-Voy por un trago -dijo Gena, levantándose de su tumbona para dirigirse al bar-. ¿Alguien quiere algo?
Me levanté como un resorte al ver que no esperaba por las respuestas de las chicas, y fui detrás de ella.
-¿Por qué no pensé que las conversaciones girarían en torno a protectores solares infantiles y quejas hacia los esposos? -inquirió Gena con sarcasmo.
-¿Tampoco imaginaste que seríamos las únicas del grupo bebiendo tragos no vírgenes?
-¿Quién demonios pide una cuba libre virgen? ¿Por qué mejor no pedir una Coca-Cola con limón?
-¿Es en serio, Abbie? ¿Un mojito virgen? -señalé yo a su vez, sentándome al lado de mi amiga una vez llegamos al bar.
-Esas mujeres ni siquiera recuerdan cuando fueron vírgenes -se burló Gena, suspirando con placer cuando dio un sorbo a su caipiriña.
Miré la hora en mi teléfono sorprendida
-Oh, ¿comenzamos temprano?
-Estamos de vacaciones, Eli -me recordó Gena, dando otro sorbo-. Quien te juzge es un mojigato.
-O está embarazada o dando pecho -asentí yo, haciéndola reír-. ¿Qué mierda? Tienes razón. En algún lugar son las cinco, ¿no es así que dicen?
-Nena, pueden ser las siete de la mañana, yo seguiré bebiendo. Voy a necesitar licor si lo único que voy a escuchar es a esas mujeres hablando de sus vidas de casadas.
Acepté mi piña colada del guapo bartender que no dejaba de reír ante las ocurrencias de Gena, y suspiré con placer cuando el sabor del ron golpeó mi paladar.
-De nada -Gena me miró burlona cuando abrí los ojos.
Nos quedamos en silencio por varios minutos, disfrutando de nuestras bebidas y del poco alboroto que había a nuestro alrededor.
-¿Cómo supiste que no querías tener hijos? -pregunté yo, haciendo que mi amiga se atragantara con su bebida.
-Mierda -jadeó ella, batiendo mi mano para que dejara de palmear su espalda-. No bebas más, Eli. Te hace imprudente con tus preguntas.
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Hombres De Manhattan, Un Crucero De Locura
RomanceHan pasado dos años desde que la pandemia llegó, y los amigos finalmente se reúnen para tener una despedida de solteros en altamar a la vez que se presentan problemas sin resolver entre las parejas. ¿Será una buena idea pasar catorce días navegando...