𝐌𝐈𝐑𝐑𝐎𝐑𝐁𝐀𝐋𝐋, 𝗇𝗂𝖼𝗄 𝗅𝖾𝗂𝗌𝗍𝖾𝗋

𝟬𝟮. 𝖭𝗂𝖼𝗁𝗈𝗅𝖺𝗌

CRISTAL ABRIÓ SUS OJOS de manera lenta cuando su cuerpo sintió la necesidad de despertarse de la siesta que había estado tomando hace apenas unos minutos atrás. Se había quedado dormida al segundo, por lo que se notaba que estaba cansada.

La rubia bostezó un poco mirando hacia el techo de su nueva habitación. Parte de ella desearía haberse despertado y que el hecho de la mudanza hubiera sido solo un mal sueño. Pero claramente no lo era, y Cristal iba a tener que acostumbrarse a despertar todos los días en ese nuevo cuarto.

La menor de las Morgan suspiró un poco y rápidamente sintió como su estómago comenzó a hacer ruido, dándole señales de que necesitaba comida. No había ingerido nada desde que salió de su casa en la mañana, por lo que era entendible.

Cristal se levantó de la cama con pesadez sintiéndose de todas formas un poco cansada. Si fuera por ella seguiría durmiendo, pero él hambre realmente le estaba ganando.

La chica pudo observar a través de su nuevo balcón, que ya era de noche. La luna se veía perfectamente desde donde ella estaba y era una vista realmente preciosa. Pero si que había dormido bastante.

Cristal se colocó algo en los pies y salió de su habitación cerrando la puerta tras de ella, preparada para encaminarse hacia la cocina a buscar algo para comer o para cocinarse.

La menor iba viendo toda la casa mientras bajaba las escaleras y seguía su recorrido hacia la cocina. Todavía le seguía sorprendiendo lo grande que era y la idea de vivir ahí también era algo que a ella misma la tomaba por sorpresa.

—I'm drunk in the back of the car. And I cried like a baby coming home from the bar. Said, "I'm fine, " but it wasn't true. I don't wanna keep secrets just to keep you

Cristal tarareaba en voz baja mientras se adentraba a la hermosa cocina de la casa, ubicando la heladera apenas entró y dirigiéndose hacia ella con una hambre voraz en su cuerpo.

La rubia abrió la heladera con la esperanza de encontrar algo dentro de esta, pero su ilusión se desvaneció cuando vio que casi no había comida. O al menos nada que le gustara a ella.

—Tiene que ser una broma—Cristal bufó y negó—Claro. Obviamente que no van a tener ni siquiera un maldito sándwich

Cristal volvió a negar y cerró con enojo una de las puertas de la heladera, haciendo que esta haga ruido gracias a la fuerza que había usado.

Pero apenas la menor de las Morgan cerró la heladera, una presencia masculina apareció tras la puerta de esta, llamando la atención de la rubia y asustándola de golpe.

Cristal dio un pequeño grito al ver al chico frente a ella, asustándose y echándose un poco para atrás al darse cuenta que parecía ser una persona de su edad.

—Joder—La chica colocó su mano en su pecho viéndolo—Casi me matas del susto, ¿Estas loco o que?

La rubia pudo ver que el chico frente a ella estaba recostado en uno de los muebles, con uno de sus brazos sosteniéndose y mirándola completamente tranquilo.