𝟬𝟯. 𝖣𝖾𝖺𝗍𝗁 𝖡𝗒 𝖠 𝖳𝗁𝗈𝗎𝗌𝖺𝗇𝖽 𝖢𝗎𝗍𝗌

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CRISTAL SUBIÓ CON RAPIDEZ hacia la parte trasera del auto, dejándole el asiento de delante a su hermana

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CRISTAL SUBIÓ CON RAPIDEZ hacia la parte trasera del auto, dejándole el asiento de delante a su hermana. La realidad es que la rubia quería recostarse un poco, y sabía que sería un viaje de algunos minutos, por los que los aprovecharía.

Noah subió delante con cara de pocos amigos, cerrando la puerta y colocándose el cinturón, mientras Cristal se recostaba en el asiento de atrás con intenciones de dormir un poco.

Apenas la mayor de las Morgan se colocó el cinturón de seguridad, Nick no lo pensó más y arrancó el auto. Y a diferencia de lo que Rafaella les había dicho, el chico comenzó a manejar a toda velocidad sin importarle nada.

Cristal abrió sus ojos de golpe al sentir la velocidad del auto y como se movía de un lado para el otro, haciendo que gracias al fuerte arranque, esta se caiga del asiento trasero hacia el pequeño hueco que había de espacio.

—¿¡Pero que coño haces?!—Noah grito molesta

—¿Cual es tu problema ahora?—Nicholas hablo cansado

—No quiero morir en la carretera por culpa de un energúmeno que no sabe conducir—La pelirroja escupió enojada

—Estoy bien, gracias—Cristal se levantó del pequeño hueco tratando de no caerse otra vez gracias a la velocidad del auto—Nicholas, ¿Podrías ir más despacio? Porque la realidad es que a mi tampoco me apetece morir hoy

Nick río un poco y miró a la rubia a través del espejo que tenía frente a él—¿Crees que tú lo harías mejor?

—Mmmm—Cristal lo pensó por unos segundos y asintió—Si, créeme que si

El Leister volvió a reír—Están en mi casa, en mi ciudad y en mi coche. Así que cierren la puta boca

—Veo que el vocabulario de niño bueno lo dejaste en el restaurante—La rubia bufó un poco molesta—Pues mira, tú estás en nuestro espacio personal, nuestra zona de confort y nuestro campo de visión

—Así que desaparece—Noah siguió la frase más enojada

—Para aguantarlas su madre debe quererlas mucho—Nick nego manejando aún

La pelirroja chasqueó un poco la lengua—¿Que sabrás tu que es el cariño de una madre?

No pasó ni medio segundo de que Noah dijo la última frase, que el auto se paró de golpe, haciendo que Cristal casi se estampe contra el asiento de conductor de Nick y Noah también casi salga disparada hacia adelante.

El auto que venía detrás de ellos tocó el claxon, pero a Nicholas no le importó, y tenía un rostro bastante serio en estos momentos.

𝐌𝐈𝐑𝐑𝐎𝐑𝐁𝐀𝐋𝐋, 𝗇𝗂𝖼𝗄 𝗅𝖾𝗂𝗌𝗍𝖾𝗋Donde viven las historias. Descúbrelo ahora