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Samy


Coloqué la caja de cartón frente mío, aún faltaba por recoger varías cosas de la habitación, por lo que me dispuse a hacerlo tan rápido como pude.

Mi habitación ahora se veía solitaria, pero no me sentía triste al respecto, fui directamente hacía mi tocador para colocar lo que se encontraba ahí en la enorme caja, sin duda los recuerdos me invadieron al momento de como había llegado a este departamento y ahora como me iba de él.

Este era mi lugar seguro y ahora tendría uno aún mejor.

Me dirigí a mi armario para sacar lo último que hacía falta, coloqué algo para subir por las cajas que se encontraban en la parte superior de el armario creyendo que en estas no habría nada, jalé con fuerza una de las cajas haciendo que cayera al piso por el peso que contenía.

—Puta madre— Suspiré frustrada al ver varios papeles regados por el piso de la habitación.

Bajé de los pequeños escalones para recogerlos, no los había observado con atención hasta que noté un pequeño corazón en uno de ellos, me senté con cuidado y comencé a hojear cada uno de los papeles en el piso.

Una sonrisa se formó en mis labios al ver que eran lo que me imaginaba, las cartas y poemas de amor de todos estos años se encontraban guardadas en aquella caja, he guardado cada una desde el inicio. Al tomar otra un pequeño trozo de papel cayó de esta, parecía un poco descolorido y muy frágil, lo tomé para darle la vuelta y encontrar lo que esta nota contenía.

Solté una pequeña risa al mirarlo por primera vez, esto había sido el inicio de todo.




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2016

—¿De verdad?— Traté de entablar la conversación con el chico enfrente de mí.

—Algo así, no lo hago seguido— Me removí incómoda en mi asiento, ni siquiera me estaba mirando.

Mi primera cita en la vida estaba resultando desastrosa, había llegado cinco minutos antes para causarle una buena impresión para al final esperarlo cuarenta minutos.

¿Por qué me invitó a salir? Solo se la pasa en su celular.

Esto no iba a llegar a mucho por lo que veía.

—Y... Santiago, ¿Te gusta el deporte?

—No mucho.

Asentí sin decir nada más, esto realmente me aburría, la iniciativa la daba yo en todo momento. Miré alrededor del restaurante y observé varias parejas, se veía que todas realmente conectaban entre ellas excepto mi cita, observé detenidamente las pantallas del sitio, mi equipo favorito estaba por jugar y eso sin duda me emocionaba más que estar aquí sin hacer nada.

Y si...

Antes de pronunciar alguna palabra él mismo se adelantó.

—¿Te gusta el fútbol?— Lo miré rápidamente, él había iniciado la conversación al fin, tal vez era mi oportunidad.

—Sí, me gusta mucho y...— Fui interrumpida.

—Pero... eres mujer, ¿Cómo qué te gusta?

¿Disculpa?

Labios Rotos  ⸻  ❝Riverducción❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora