Labios Rotos ⸻ ❝Riverducción❞

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—¡Ay!— Soltó la pinza caliente al piso—. Pendeja— Dijo para si misma.

Samy estaba por hacer nuevamente unas ondas en su cabello, cosa que sus mismos nervios le impedían. Era el día de la cita y estaba por terminar de arreglarse.

Tomó un poco de maquillaje, no sabía hacerlo pero intentó seguir lo que logró aprender de sus amigas, delineó con cuidado sus ojos, tratando de no sobrepasar su gusto, enchinó sus pestañas con miedo de arrancarlas por completo.

Colocó un poco de brillo en sus labios para finalizar con el rubor que su hermana le había regalado, se miró unos segundos al espejo pensando si debería de ir así, aunque ambos se habían confesado aquella noche, ella seguía con la pequeña inseguridad de lo que podría pasar.

Habían acordado de ir a uno de los restaurantes favoritos de Samantha, era un lugar tranquilo aunque fuera muy recurrente.

Había terminado de arreglarse y solo quedaba esperar, no podía estar tranquila, los nervios la comían conforme se acercaba la hora.

—Samy— Tocaron a su puerta, lo que la hizo ir hacía ella—. Que hermosa mi niña— Dijo su madre al verla—. ¿Estás nerviosa?

—Un poco— Su madre sonrió con ternura al verla—. Tengo miedo de que pase lo mismo.

—Tranquila, todo saldrá bien— Tomó sus hombros con suavidad—. Y si pasa no te sientas mal, la persona correcta llega en el momento correcto, puede que este sea el momento.

Sus palabras lograron tranquilizarla aunque fuera un poco, anteriormente lo había hablado con sus amigas, las tres le recordaron que fuera ella misma y no tuviera miedo de demostrar quien realmente es.

La persona indicada te amará tal cual eres, con tus virtudes y defectos, se enamorará de cada uno de ellos, ante los ojos de esa persona serás su completa adoración.

La vibración de su celular la hizo voltear, la emoción recorrió su cuerpo al ver que se trataba de él, indicándole que justo estaba enfrente de su casa.

—¡Ya me voy!— Besó la mejilla de su madre para salir de su habitación.

—¿Ya llegó?

—Sí, me acaba de mandar mensaje de que está afuera— Bajó las escaleras un poco ansiosa.

—¿No se bajará a tocar?— La reacción de su madre la dejó un poco dudosa, ambas abrieron un poco la cortina en dirección hacía la entrada.

Justo enfrente se encontraba un auto, el cual Samy reconoció rápidamente.

—Nos vemos más tarde, cualquier cosa yo te llamaré, le avisas a mi papá que ya me fui.

Su madre no respondió ante sus palabras, la había molestado esa acción por parte de el chico.

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—Perdona mi dislexia— Ambos rieron después de que Samy haya confundido unas palabras del anuncio enfrente de ellos—. Es inconsciente, lo juro.

—¿Segura?— Samy entrecerró los ojos ante su pregunta.

—Tendrás que acostumbrarte, es muy normal que lo haga— Le regaló una última sonrisa antes de que su mirada se posara enfrente de su mesa.

Un mesero del lugar había encendido el televisor mostrando en la pantalla el inicio de un partido de fútbol,  León vs Chivas, lo había olvidado por completo, no recordaba que su equipo favorito jugaría esa noche.