- FINAL -

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Samy

Recogí las demás hojas que habían caído, cada una de esas cartas era un recuerdo que siempre guardaría para mí.

Así había empezado todo entre nosotros, una pequeña nota que contenía un número de teléfono hasta la última carta que había guardado allí, donde me había citado para ir con alguna excusa de salir.

Sin imaginar que mi vida cambiaría desde entonces.

Cerré la caja para colocarla entre las demás, cuando lo escuché entrar por la puerta principal, sabía lo que me esperaba, me había visto cargar una caja.

—Amor, te puedes lastimar— Tomó camino hacía mí—. No cargues cosas pesadas, puede que...

—Tengo un mes de embarazo, no pasará nada malo, aparte ni siquiera pesa— Dije divertida ante su acción—. Estoy bien, creo que por ahora terminé con lo de la habitación.

—¡Mien!— Osvaldo entró por la puerta—. ¿Llegué tarde? ¿En qué los ayudo con la mudanza?

—Un poco tarde.

—Ay, lo siento, me quedé dormido— Tomó una de las cajas—. Tú tienes prohibido cargar algo— Me señaló.

—Tengo un mes.

No respondió cuando salió del departamento con dos cajas en sus manos.

—No sabe ni a donde tiene que ir— Reí por lo bajo al verlo alejarse.

—Iré ayudarle— Me sonrió antes de salir.

Miré a mi alrededor, dando un último adiós al que había sido mi departamento, estaba feliz por este cambio realmente, no me podría sentir mejor ante la situación.

Observé mi mano, la cual estaba adornada con un anillo que para mí era único, hace una semana nuestro compromiso había sido real al fin, sin duda había sido la mejor noche de mi vida.

Y ahora también tendría una familia con el amor de mi vida.

—¿Qué tanto se llevan para su casa? ¿No comprarán cosas nuevas? Esas madres pesaban un chingo— Se quejó Osvaldo recargándose en la pared.

—Unas cosas se las llevaré a mi mamá, solo algunas estarán allá.

—¿Qué es esto?— Tomó la caja—. No pesa.

—Llévala, esa ponla en el auto, por favor— Asintió mientras trataba de ver que era—. Son cartas.

Ante lo dicho sentí como la mirada de mi esposo se posaba repentinamente en mí, había entendido a la perfección.

—Ya vengo— Osvaldo volvió a salir.

—¿Cartas? ¿Las guardaste?— Asentí regalándole una sonrisa.

—Desde que me diste tu número— Sonrió ante lo que dije—. Nunca entendí como lo anotaste tan rápido.

—No lo hice ahí, pero me habían dicho que probablemente asistías— Terminó de cerrar la última caja—. Era arriesgarme o nada.

Me acerqué a él quedando justo enfrente.

—Que bueno que lo hiciste, no estaríamos aquí ahora— Me rodeó entre su brazos—. Y yo no estaría tan feliz como lo estoy ahora— Besé tiernamente su mejilla.

—Eres la mujer de mi vida, no hay palabras para demostrar cuanto te amo— Me tomó por sorpresa antes de besar mis labios—. Aún no puedo creer que seas mi esposa.

Sonreí con ternura ante su confesión, me derretía el corazón escucharlo.

—Y más aún al saber que tendremos un hijo.

Labios Rotos  ⸻  ❝Riverducción❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora