Capitulo Quince.

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-Stiles-

—¿Esta vivo? —pregunté, pinchando la mejilla de Isaac con mi dedo indice.

—Si, lo esta —Scott palmeo mi mano—. No le hagas eso.

Lo miré, frunciendo el ceño antes de volver a clavar mi dedo en la mejilla del rubio—. ¿Por qué? Esta inconsciente, no le duele.

—Si le duele, dejalo. —esta vez fue Deaton quien alejo mi mano.

Me aparte un poco de la mesa donde estaba acomodado el rubio, observando como Deaton revisaba su pecho con cuidado. Tenia tres rasguños largos, desde su pecho hasta su abdomen justo donde comenzaba su jean. No parecian muy profundos pero se suponia que deberian haberse curado y el chico despertado para ese momento.

—¿Que le pasa? —pregunté—. ¿Por que no despierta?

—Despertará —dijo—. Es solo que le costará más. Lo que sea que lo ataco tenia algun tipo de veneno en sus uñas que lo dejo inconsciente pero no fue suficiente como para matarlo.

—¿Y los demás?

—El que más me preocupa es Boyd —señalo al chico acomodado en una mesa, que era utilizada como camilla improvisada—. La cosa perforo uno de sus brazos con sus garras, reparé la herida pero no parece estarse curando. Y los gemelos solo fueron lanzados contra un arbol, por eso despertaron tan rapidamente.

Asentí, comprendiendo. Deaton tomó uno de los tantos frascos que estaban en los estantes detras de él y lo abrió, volcando un polvo grisaseo sobre las heridas del rubio. La cosa no hizo absolutamente nada pero estaba seguro de que a Isaac no le haria gracia despertar tapado en polvo.

Estaba a punto de comentar eso cuando el celular de Scott comenzó a sonar. Lo vi sacarlo de su bolsillo y mirar la pantalla, sus ojos abiertos de par en par cuando me miró—. Es tu padre —me lanzó el aparato—. Atiende tu.

—Yo no. —se lo devolví—. Te llamo a ti.

—Si, porque tu no tienes tu telefono —me recordo, ya que yo mismo se lo había dicho al llegar a la veterinaria—. Sabe que estas aquí, atiende.

Atrape el aparato cuando me lo lanzo y se lo devolvi—. Tal vez aún no lo sepa, contesta tu.

—Si lo sabe, no es idiota. —me lo devolvió.

—¿Que sabes? —bufé, arrojandoselo nuevamente—. Tal vez aún no le han llamado y te esta llamando por otra cosa.

—Estoy seguro de que ya se dieron cuenta de que no estas. —aseguro. Estaba a punto de lanzarme nuevamente el celular cuando este dejo de sonar.

—Problema resuelto. —sonreí.

—Él vendrá a buscarte aquí, lo sabes, ¿verdad? —preguntó—. Es el lugar más obvio en el cual buscar.

Tenia razón pero no tenia ganas de pensar en eso ahora. En vez de eso, me concentré en lo que fuera que Dalton estaba haciendo en Isaac, lo cual para ser justos era inservible porque el chico seguia dormido como oso en invierno. Scott rodó los ojos hacia mi y se acerco a Erika quien estaba hablandole a Boyd, pidiendole que despertara. Lo cual tampoco estaba funcionando mucho.

Suspirando, me apoye contra una de las paredes y miré sin mirar hasta que un sonido, parecido a la musica clasica llego a mis oidos. Frunciendo el ceño, me voltee y salí de la veterinaria. Derek y los gemelos estaban hablando cerca de su auto por lo que no se percataron de mi cuando caminé directo al bosque cercano a la veterinaria.

La música seguia sonando, cada vez más fuerte, mientras más caminaba, internandome en el bosque. Fue en el momento en que perdí la visibilidad de la veterinaria cuando al fin llegue a la fuente de música.

El obsequio de Stiles |Sterek|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora