𝑷𝑶𝑳𝑰𝑨𝑴𝑶𝑹 [Heikazuscara]

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Durante casi todo el día se la pasaron durmiendo, después de aquella fiesta y todo lo que pasó en esta se merecían dormir y olvidar lo que había pasado. Scaramouche aún seguía dándole vueltas al asunto, se negaba a creer que las marcas que tenían en sus cuerpos habían sido hechas por ellos, cada uno tenía marcas del otro por todos lados. No le molestaba que Kazuha haya hecho eso, le molestaba que también hayan sido de Heizou.

Ya no sabía que sentir por el pelirrojo, le gustaba, pero también comenzaba a odiarlo de cierta forma. Los recuerdos de la fiesta comenzaron a llenar su cabeza, sobre todo cuando Heizou dijo que les interesaba. Scaramouche suspiro frustrado y abrazo una almohada con fuerza mientras ocultaba su rostro en esta, solo quería dejar de sentirse de esta forma y dejar de estar preocupado por lo que pasaría.

— ¿Qué es lo que sucede, Scara? — Sintió los brazos de Kazuha rodearlo, si bien antes se sentía tranquilo de tenerlo cerca ahora era todo lo contrario.

— Nada, solo estaba pensando en algunas cosas. — Soltó la almohada y se giró en dirección a su pareja viéndolo a los ojos, le dedicó una pequeña sonrisa para tranquilizarlo un poco. — ¿Quieres algo de comer? Podríamos preparar la comida juntos o simplemente pedir algo.

— Prefiero que pidamos algo, quiero quedarme aquí contigo.

Scaramouche rio por lo bajo al sentirse nervioso por las palabras del contrario, tomo su celular y busco que pedir y que fuera del gusto de ambos, mientras Scara veía eso Kazuha se dedicó a llenarlo de besos mientras susurraba algunas palabras dulces.

El resto del día fue tranquilo, cenaron y vieron algunas películas mientras seguían acostados en la cama, era sábado así que no tenían nada que hacer más que pasar tiempo entre ellos. El domingo llegó más rápido de lo que pensaron y se la pasaron en casa de igual forma solo que esta vez avanzaron algunos trabajos que tenían para la semana.

El lunes llego y ambos chicos ingresaron en el instituto, en cuanto ingresaron las miradas se posaron sobre ellos y Scaramouche supo que algo no andaba bien. Si bien casi siempre habían sido el centro de atención en ese lugar nunca recibieron miradas de burla, odio y asco. Miro a Kazuha quien parecía no entender lo que pasaba, pero tampoco le daba importancia.

— ¡Hey! ¿De casualidad no quieren una orgía también? — Scaramouche al escuchar aquello sintió como la ira recorría cada parte de su cuerpo.

— ¿Qué mierda has dicho?

— Lo que escuchaste, Raiden. — Noto como el chico se le acercaba diciendo miles de vulgaridades, coloco a Kazuha detrás de él por instinto.

— ¡Oye! ¿¡Que mierda haces!?

Scaramouche lo empujó con fuerza cuando el chico lo acerco a su cuerpo. Tomo la mano de Kazuha y comenzaron a caminar alejándose de ahí, mientras caminaban por el pasillo las miradas no pararon y los insultos hacia ellos tampoco. El Índigo busco con la mirada a Heizou, viéndolo a lo lejos mientras se reía mientras los veía, entonces Scaramouche no tardó en unir todos los hilos.

— Maldito idiota. — Scara soltó la mano de Kazuha y dejó caer su mochila al suelo para luego caminar a pasos rápidos hasta Heizou y darle un fuerte golpe en el rostro. — ¿¡Se te hace divertida esta situación!? ¿Qué fue lo que hiciste?

— Oh nada, simplemente hablé un poco de más y dije que ustedes querían tener un trío conmigo.

Otro golpe, pero esta vez más fuerte logrando que el pelirrojo cayera al suelo, Scaramouche estaba bastante enojado y confundido por la situación ¿Por qué había dicho eso?

— Eres un idiota.

Scaramouche se alejó de Heizou y volvió con Kazuha quien no dudó en llenarlo de preguntas, pero Scaramouche no dijo nada y simplemente se dirigieron al salón, donde comenzó a explicarle todo.

— Heizou hablo sobre lo que pasó en la fiesta, lo que pasó entre nosotros, les dijo a todos que intentamos tener un trío con él.

En parte no había sido mentira, lo habían intentado, pero estaban los tres bajo los efectos del alcohol y aun así los tres habían decidido seguir con eso. Pero Heizou al parecer dijo todo lo contrario.

— Y así querías que tuviéramos una relación con él, es una mierda como persona. — Scaramouche saco su celular y entro a twitter, obviamente no se quedaría atrás.

— ¿Qué vas a hacer?

— Lo mismo que él está haciendo con nosotros.

— Scara, no creo que seamos mejor que él si hacemos esto. — El índigo lo miro y rodó sus ojos para luego bloquear su celular dejándolo sobre su mesa.

— No buscamos ser mejor que él, simplemente nos estamos defendiendo.

— Podríamos hablar esto y dejar de hacer las cosas públicas.

— El hablar con ese idiota realmente no va a servir de nada.

Scaramouche se cruzó de brazos y comenzó a hundirse en sus pensamientos del porqué Heizou había decidido hacer todo esto hasta que recordó lo que le dijo antes de que se fuera de la casa de Ajax. ¿Pero por qué? ¿Acaso le había dado en el orgullo o algo con lo que le dijo? Era ridículo.

— ¿Crees que nos dejen en paz?

— Lo harán. Me encargaré de que lo hagan.

— Scara. — El nombrado miro a su novio quien lo miraba con una expresión de "no lo hagas más grande"

— Lo olvidarán, en unos días ya no van a recordarlo.

— Por ahora hagamos como que nada pasa ¿Sí?

— Está bien, si estás bien con eso entonces lo haremos. Pero no dudaré en golpear al idiota que se atreva a molestarnos o ponernos una mano encima, más que nada me preocupas tú que pasas por alto absolutamente todo.

— Simplemente me gusta vivir en paz y dejar que hablen todo lo que quieran, no tiene sentido que nos pongamos al nivel de inmadurez de Heizou.

— El mundo no funciona así, o te defiendes o las personas te comerán vivas con las críticas.

— Tampoco funciona con dejar mal al otro.

— Bien, ya dejemos el tema. Realmente no tiene caso.

Las clases comenzaron después de unos minutos y ambos pusieron atención a estas, aunque Scara de vez en cuando tomaba su celular y revisaba las notificaciones que llegaban a su celular respecto al tweet que subió, él solamente sonrió al ver como ahora se iban en contra de Heizou, pero luego decidió borrarlo, después de todo Kazuha tenía razón, pero a Scaramouche le gustaba ver arder el mundo por un rato. Le gustaba que la gente tuviera una cucharada de su propia medicina.