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Y así pasó una semana de ensayo y preparaciones para mi cumpleaños y mi graduación. Y así fue, mis padres tenían que viajar a España y yo me quedaría sola, los chicos me habían ofrecido vivir con ellos y pues era muy buena idea. Ya estaba harta de vivir con mis padres, básicamente era vivir sola.

Estaba en mi habitación hasta que escuche unos ruidos desde abajo, parecidos a toques en la puerta.

- Quien?- Pregunté.- soy yo, rubia-.- Ahg, que quieres, hoy no hay ensayo y ya mañana es la graduación voy de salida-. Mentí, no iba a ir ahora a retirar mis vestidos pero no lo quería aqui, no ahora.

- Pues te acompaño, yo también tengo que comprar mis cosas-.- A bue, que eres ahora mi novio o que, no te he invitado a que me acompañes, dios.- No me tienes que invitar, vamos a ir o si quieres vas a las tiendas caras donde están tus vestidos caminando.- Ya, me convenciste, vamos a ir, deja me cambio, pasa.

Subí a mi habitación y el me siguió.- Eh que te quedes ahí.- No, mejor espero en tu cuarto.- Bueno, nada de husmear.

Me fui a duchar rápido y salí a buscar algo de vestir.

- Te ayudo a buscar?- Dijo Tom.- No gracias, si me ayudas termino vestida como tu, con esa ropa holgada.

- Ya bueno, estaba siendo cortes, enojona.- Le saqué el dedo el medio y me dirigí a mi gigante closet.

Y lo encontré era algo así:

Un vestido que no era sencillo pero tampoco extravagante

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Un vestido que no era sencillo pero tampoco extravagante.

Salí del closet y me senté en mi tocador a iniciar mi rutina facial y mi maquillaje. Note por el esperándome con su cara pícara y coqueta.

- Te he dicho que dejes de verme así, Dios.- Realmente no me molestaba, pero no me iba a dejar coquetear, no todavía.

- Y yo te he dicho que dejes de hablarme así, estamos a mano, no?- Dijo el, lo cual me hizo rodar los ojos.

Salimos de la casa y nos montamos a su auto, era descapotable, así que el lo puso al aire libre.

- Agh, que el viento me despeina, Tom, sube eso-.

- Bueno, lo hago para que no crean que estoy con una bruja-. El se rió leve y yo me limite a rodar los ojos.

Llegamos y entramos a Chanel, una de mis tiendas favoritas.

- Aquí es, Tom, deja de ser tan jodidamente distraído o sino te puedes ir al carajo-. Dije con rostro neutro, no iba a pasar pena por este idiota distraído.

- Ya tranquilizate, sere atento-. Entramos a la tienda y yo empecé a probarme vestidos.

Me gustaban los vestidos que tenían diamantes y que luzcan realmente extravagantes para la ocasión y más si iba con el hombre de Tom Kaulitz. Debían ser 3 vestidos: Sección de fotos, entrega de diplomas y reconocimiento y la fiesta.

𝓑𝓪𝓭 𝓑𝓵𝓸𝓸𝓭 ✰ ; 𝑇𝑜𝑚 𝐾𝑎𝑢𝑙𝑖𝑡𝑧  & 𝐿𝑎𝑛𝑎 𝐷𝑒𝑙 𝑅𝑒𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora