Bueno, hola! Ya estoy más relajada y ahora mismo me estoy bañando para ir a darle cuidados a mi hermosa Lana.
Hoy es mi último día en el hospital, sólo dure un día y ya mañana iría a mi casa.
Los chicos ahora planean el concierto, dentro de un mes tendremos el concierto. No es algo que me haga sentir apurada. Al contrario, se que estaré totalmente bien y mi hija igual.
Salí de la ducha con sumo cuidado y abrí la puerta, fui hacía mi maleta, saqué mi ropa y directamente empecé a cambiarme, vigilando a Lana.
Termine de cambiarme y empecé a colocarme un poco de maquillaje, saltandome la parte de ponerme perfume, no podia.
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Usar esa chaqueta eran mil recuerdos, los cuales requerían ser olvidados, pero, nunca se podrá, eso es parte de mi vida.
Me coloqué protector solar, rubor y por último un gloss de dior.
Escuche como tocaban la puerta y fui a abrirla.
- Tú!?- Dije sorprendida.
- El mismo, bonita.
- Bryan...
- Pensaste que te olvidarias de mí?
- No lo pense, ya lo hice, ahora si me haces el fa...- Me interrumpió el malparido.
- Qué? Te operaste o qué? Ahora serás una muñequita de plástico? Que haces en este maldito hospital?
- Primero, no te importa un pepino que hago aqui, segundo, no requiero de operaciones para ser una muñeca, muñeca de la cuál te perdiste por ser un completo idiota y tercero, tuve a mi hija, con mi marido-. Dije finalizando con énfasis en la palabra "marido".
Tenso su mandíbula al sentir unos brazos empujandolo.
- Hola, mi amor! Mira, te presento a Bryan, mi ex, eso es lo que eres un maldito ex que quiere el puesto que nunca tuvo.
- Oh, que mal que yo soy el padre de su hija, veamos, que carajos haces aquí y quién te mando?
- El... El.
- El!?
- El Italiano.
Voltee a ver a Tom, y justo Lana empezó a llorar.
- Mata a este idiota Tom, quién sabe lo que vaya a hacer.
Cargué a Lana y me dirigí a la habitación de Georg y Aitana.
Toqué la puerta con el pie.
- Hola!!- Dijo Gustav, saludando más a mi bebé que a mi misma, descarado.
