Stockholm Syndrome |Ziam|

05. Canción de cuna.

Zayn despertó gracias al sonido del despertador haciendo eco en la habitación. Su cuerpo grito de dolor cuando se movió y tuvo que tomar aire varias veces para poder tener las fuerzas necesarias para moverse. Se habia acostado en el sofá luego de volver a atar a Liam para que su hermano no sospechara nada si se le ocurria mirar dentro de su habitación. Ahora extrañaba su cama, el sofá era duro e hizo que su espalda doliera, sumandose a los que ya atormentaban su cuerpo.

Estirando sus brazos, intento que el dolor cediera lo suficiente para poder levantarse. Mirando alrededor, se encontró con la molesta mirada de Liam. Al parecer el castaño no era un chico de mañanas a juzgar por la mirada fastidiada que le estaba dedicando al despertador. Escondiendo una sonrisa, Zayn se pusó de pie y se acerco a la cama, apagando la alarma.

—¿Estas bien? —preguntó, sentandose en la cama y estirandose hasta las ataduras del mismo para asegurarse de que estuviesen flojas. Él no las habia apretado mucho pero luego de lo del día anterior, no se habia arriesgado a dejarlo totalmente suelto.

—Bien —aseguró, mirandolo con cuidado—. ¿Tu te sientes mejor?

—He estado peor —admitió suavemente—. ¿Tienes hambre? Puedo prepararte el desayuno.

Antes de que pudiese hacer nada, Liam zafó sus manos de las corbatas con facilidad y lo jalo de un mano con delicadeza hasta que cayó sobre su pecho—. Ahora, calla y duerme —musitó—. Son las seis de la mañana, si estoy secuestrado al menos puedes dejarme dormir un poco más.

—¿Como te soltaste? —susurró sorprendido.

—Eres un asco en esto de atar a alguien, cariño. —rió con los ojos cerrados—. Calla, quiero dormir.

—Si quieres puedes dormir. —intentó levantarse pero una mano en su nuca le impidio alejar la cabeza del calido pecho—. Debo vestirme y bajar.

—No, debes quedarte quieto ahi —musitó—. Eres un adolescente, debes ser vago e irresponsable.

—No, debo bajar y hacer el desayuno. Harry vendrá en unas horas y debo tener todo preparado para evitar que suba aquí.

—¿Quien es Harry?

—Mi amigo. —susurró, rindiendose en escapar de las manos del castaño y mirandolo—. Necesita ayuda con el instituto y me ofrecí a ayudarlo.

—¿Tienes amigos? —soltó antes de que pudiese detenerse. Aclarandose la garganta, se apresuro a agregar:— Es decir, dijiste que pasas encerrado aquí, no pensé que conocieras a muchas personas.

—No lo hago —negó—. Harry es hijo de Anne, mi profesora de piano. Ella me daba clases cuando era pequeño y él solia venir con ella, es mi unico amigo.

—¿Es menor que tu? —acarició su oreja con la punta de su dedo indice, logrando que el menor se revolviera.

—No, Harry es mayor. Él va a la universidad.

—¿Y te pide ayuda a ti?

Zayn elevó su hombro libre—. Él no presta mucha atención a las lecciones —explicó—. Y yo paso mucho tiempo solo aquí dentro con una biblioteca que ocupa dos habitaciones, no hay mucho que hacer, ¿sabes? Así que estudio.

—Sabia que esa carita bonita escondia un gran cerebro. —sonrió, observando el sonrojo aparecer en el rostro del moreno.

—¿Tienes amigos? —preguntó.

Liam parecio pensarlo por un momento antes de contestar—. Tengo muchos conocidos pero amigos reales, solo dos: mi perro y mi guitarra.

Eso hizo reir al moreno—. Nunca tuve una mascota —comentó—. A papá no le gustan los animales.