32. Desconocida.

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Liam observó a su bebé gemir con fuerza, arrojando su cabeza hacia atrás mientras se corria con fuerza sobre su abdomen. Empujando un par de veces más, lo siguió de cerca soltando su carga dentro del moreno. El cuerpo más pequeño cayó rendido sobre él y el mayor automaticamente lo rodeo con sus brazos.

—Uh... Zayn no vive ya —susurró el moreno—. Creo que ya no puedo moverme.

El castaño rió suavemente, pasando su mano abierta sobre la espalda del menor en una larga caricia mientras recobraba el aliento—. Debemos ir a limpiarnos.

—No quiero.

—Feliz cumpleaños, bebé —susurró en su oido.

—Gracias, Li. Este es el mejor cumpleaños de mi vida.

—Aun no ha comenzado —rió—. Tengo planes para hoy.

—Estoy contigo y me siento feliz —se acurruco sobre su pecho—. Ya es un buen cumpleaños.

—Ow, que cosita más tierna, mi bebé —susurró con voz tonta mientras apretaba a Zayn en un abrazo y besaba todos los lugares de su rostro que alcanzaba.

—No soy tierno —aseguró—. Soy malo y varonil.

Sentadose contra las almohadas, Liam acomodó al chico sobre su regazo y dejo un rapido beso en sus labios—. Eres el ser más tierno del universo.

El más pequeño arrugo la nariz en desacuerdo pero se dejo besar de igual manera. La luz del sol comenzaba a entrar por la ventana con pereza, acariciando sus pieles mientras se enredaban entre besos y caricias nuevamente. Mirando brevemente su reloj, Liam tuvo que ponerle fin a los arrumacos ya que sabia que su hermana y Harry estarian allí pronto, listos para festejar el cumpleaños del menor.

—Debemos bañarnos —afirmó, poniendose de pie y tirando del chico a sus brazos antes de dirigirse al baño—. No queremos que nos encuentren asi, ¿verdad?

—¿Por qué no? —se encogio de hombros, colocando su cabeza en su hombro—. Ahora eres mío y de nadie más, ellos lo sabran mejor si nos ven así.

—Mmm, tengo la impresión de que mi hermana no lo verá de la misma manera —abriendo la puerta de la ducha, dejo al moreno en el suelo y abrió la llave—. Si quieres reafirmar tu reclamo sobre mi, puedo hacerme un tatuaje con tu nombre que me cruce el pecho.

—Y mi segundo nombre en tu espalda. —cerró los ojos cuando Liam lo colocó debajo del agua—. Y mis nombres en tus nalgas.

—¿No crees que estas abusando? —rió, tomando el frasco de jabon liquido y una esponja y comenzando a lavar el cuerpo del moreno con cuidado—. Creo que si solo llevara tu nombre en mi brazo o pecho seria suficiente, ¿no crees?

—Nopo —se aferró a sus hombros cuando Liam se arrodilló para poder lavar sus piernas—. Eres demasiado lindo, debo marcarte muchas veces para quede claro.

—¿Entonces yo que deberia hacer contigo? —preguntó, besando su abdomen y mirandolo a través de sus pestañas—. Supongo que deberia tatuarte mi nombre en tu frente para que no te ataquen las hienas hambrientas en cuanto te vean.

—¿Por qué me atacarian hienas? —parpadeo—. ¿Iremos a Africa?

Eso hizo reír a Liam mientras se paraba y comenzaba a lavar el cabello del moreno—. No, bebé, no iremos a Africa. Hablo de que los chicos se arrojaran sobre ti en cuanto te vean.

—No lo haran, tu pondras la cara enojada que pones cuando Harry me abraza y ellos se asustaran —sus ojos se cerraron, apoyandose en las manos que masajeaban su cabello, gimió—. Esto se siente bien.

Stockholm Syndrome |Ziam|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora